Liérganes es un pueblo con mucho encanto. Lo llaman la Santillana Pasiega. Lo más bonito de Liérganes es su casco antiguo. Sus casonas están adornadas con escudos en cada esquina. Cuando te cansas de ver un casco histórico lleno de casonas, puedes acercarte al balneario. El agua está muy presente en Liérgana. Fue importante para el desarrollo económico del pueblo. Todavía conserva numerosos ingenios hidráulicos y hasta una leyenda poco creíble, la del hombre-pez. Un ser mitológico que desapareció en el mar y al que se le recuerda junto al robusto puente que salva las aguas del río Miera, el río que riega uno de los tres valles pasiegos.
Nosotros fuimos a Liérganes desde Santander. Mi marido quería ir en coche, pero lo convencí para que dejara el vehículo en el parking del hotel y se subiera al tren. FEVE tiene una línea de cercanías entre Liérganes y Santander que funciona muy bien. Cuando llegamos a Liérganes, las niñas quedaron asombradas. Les encantó el pueblo. No era pare menos. Liérganes está considerado uno de los pueblos más bonitos de España.
En realidad Liérganes es más que un pueblo, es un municipio que abarca un territorio de más de 36 kilómetros cuadrados sobre los que se organiza una población de 2.465 habitantes. Nosotros ya habíamos hecho un recorrido por las aldeitas en otra ocasión. Es una excursión que está muy bien cuando vas en pareja. Llevar a dos niñas de corta edad recorriendo pueblecitos dispersos en coche resulta agotador. Mis hijas enseguida se agobian cuando metemos el coche por carreteras secundarias, no siempre bien asfaltadas. Las distintas localidades que conforman el municipio son: Calgar, La Costera, Extremera, El Mercadillo, Las Porquerizas, Los Prados, La Quieva, La Rañada, El Rellano, Rubalcaba o Pámanes, entre otros. Son aldeas bastante parecidas unas a otras. El territorio cántabro es hermoso y en esta parte el río Miera discurre por el territorio irrigando la zona llena de vegetación y de animales que andan a su aire.
No nos perdimos el Balneario de Liérganes. Es una visita obligada si vas a este pueblo cuyo núcleo se encuentra a unos 28 kilómetros de distancia de Santander. Fuimos paseando por los sitios más emblemáticos. La iglesia de San Pedro Ad Víncula no me gustó mucho. Donde más tiempo pasamos fue en la zona del Puente Romano de Liérganes. Mi marido se cansó de quitarnos fotos a nosotras y al puente. El puente se ve muy viejo. Supongo que lo dejarán con ese aspecto un tanto descuidado para que parezca más romano. Un puente nuevo no se creería la gente que lo construyeron piedra a piedra durante el Imperio Romano. Y realmente no lo construyeron los romanos del Imperio. Pese a su nombre, se trata de una obra civil del siglo XVI. Lo llamaron romano cuando de romano no tiene nada.