Albarracín en Teruel es un pueblo construido sobre una montaña. Eran otros tiempos cuando empezaron a hacer casas alrededor de una iglesia. La gente, para sentirse segura, se iba a las alturas de los peñascos. Desde allí arriba veían si se acercaba el enemigo.
A mí me pareció un pueblo precioso. No sé si opinaría lo mismo si tuviera que vivir allí todos los días del año. Salir de tu casa y andar subiendo y bajando cuestas no es nada cómodo. Viven por allí unas mil personas. No está nada mal la cifra para un pueblo medieval. Mi marido decía que estábamos en plena Edad Media, cuando íbamos paseando por sus calles y recorriendo sus murallas.
Este es uno de sus mayores atractivos: sus murallas. Las murallas de Albarracín te hacen imaginar siglos de guerras lejanas. Albarracín es un pueblo que enamora al visitante. Te quedas prendada con cada rincón, con sus casas de color rojizo, sus puertas y llamadores antiguos, sus diminutas ventanas con bonitos visillos de encaje y con sus balcones corridos en trabajada forja y de madera tallada.
Nos acercamos hasta la subsede de Territorio Dinópolis, dedicada al mundo de los fósiles y a los mares prehistóricos: Mar Nummus. Mi marido nos hizo de profesor de la Prehistoria. Le encanta darle clases a nuestras hijas, aprovechando que la mayor quiere ser historiadora. En sus inmediaciones se extiende uno de los conjuntos paisajísticos y culturales más sorprendentes de Aragón: el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno. Fue una pena no tener tiempo para completar este viaje a Albarracín con algo de senderismo por la zona. Espero que podamos organizar un viaje más pegado a la naturaleza en próximas fechas, tal vez con mi suegra. La madre de mi marido nos hizo mil preguntas sobre los Pinares de Rodeno.
Lo que más me impresionó de este bonito pueblo aragonés fue el Alcázar de Albarracín. Es un castillo precioso. Está considerado como Bien de Interés Cultural. El origen del castillo hay que situarlo en el siglo X, en la época de los califatos árabes. Albarracín tiene un pasado musulmán presente en su arquitectura medieval.
Os recomiendo visitar Albarracín, fue la capital de uno de los Reinos de Taifas. Hoy es un pueblo tranquilo, donde se respira aire puro y en el que puedes disfrutar una arquitectura medieval bastante bien conservada.