El Xalet La Coromina en Girona en Viladrau, Girona es una casa rural con mucho encanto. Su fachada, en gran parte cubierta de plantas enredaderas, hace pensar en una casa de cuento de hadas. Las ventanas blancas, lote tejados rojos y unas cortinas a juego dando la bienvenida hacen pensar en una estancia confortable.
Piensas bien pensando en la comodidad. En esta casa rural de Girona encontramos la tranquilidad que buscábamos para nuestro fin de semana en familia de andar por casa. Mi marido y servidora pudimos teletrabajar mientras nuestras hijas disfrutaban la naturaleza sin salir más allá del jardín con su abuela.
Este chalé fue construido a principios del siglo XX. Una familia catalana pudiente pudo permitírselo. Los actuales dueños no pudieron permitirse tanto lujo para sí solos. Tuvieron que alquilar habitaciones a los huéspedes que nos gustan este tipo de casas rurales en plena naturaleza catalana.
No es una casa tan grande como parece por fuera. Sólo tiene ocho habitaciones. Estás como en familia. Las habitaciones tienen decoraciones distintas. Yo lo agradecí. No me hubiera gustado tener una habitación igual a la de mi suegra. La madre de mi marido eligió la habitación más pequeña. Poca diferencia había. La de mis niñas era casi tan grande. La que tenía mayores dimensiones, sin ser descomunal, era la nuestra. Siempre pido habitaciones grandes. La falta de espacio es un problema para nosotros.
Poco nos alejamos de los alrededores del Xalet La Coromina. Pese a que los conocíamos de una estancia anterior, preferimos quedarnos en la casa. En la planta baja había un restaurante donde se comía muy bien. Es un restaurante un tanto curioso. En el mismo recinto sirven la comida y tienen una especie de saloncito para echar unas partidas de cartas. Es en ese saloncito donde está la chimenea original de la casa. En el restaurante sirven productos de temporada perfectamente cocinados. Siempre tuvieron buenos cocineros.
Os recomiendo el Xalet La Coromina. Llegas sin perderte por la N-152 en dirección a Vic, salida a Tona. Entras en Viladrau a la izquierda. Enseguida ves una casona con la fachada principal cubierta por plantas enredaderas que trepan hasta el tejado sin impedimentos de los jardineros. La casa ganaría más sin las plantas enredaderas. No dan sensación de limpieza. Mi marido estaba obsesionado con los posibles bichitos que pudieran entrar por la ventana. Había que cerrarle las ventanas para que estuviera tranquilo.