El Hotel Castillo del Bosque la Zoreda en El condado, Oviedo, hizo realidad el sueño de mi hija pequeña de vivir en un castillo encantado. Es lo que parece este precioso hotelito más cuidado por dentro que por fuera.
Cuando llegamos pude observar que el viejo castillo necesitaba una buena mano de pintura en su fachada. Dentro el lujo se hacía presente en unas habitaciones espaciosas llenas de luz y en la piscina cubierta.
Aun así, al hotel le quedan grandes las cinco estrellas. Con cuatro hubieran sido generosos. Por mucho que esté en un palacete de principios del siglo XX no merece tanta estrella.
Mi marido decía que le habían dado la quinta estrella por una cuidada restauración. Los trabajos de adecuación al negocio hostelero se le notaban, pero no era para tanto. Lo mejor estaba en estar a sólo 4 kilómetros de Oviedo ciudad. Casi puedes ir andando.
Con más de 13.000 metros cuadrados de terreno te sientes como en el paraíso. El jardín es frondoso. Es un jardín del norte al que le dejan crecer la hierba olvidando que es un cinco estrellas.
No es grande. Te sientes como en la casa de un familiar rico. El hotel cuenta con 25 habitaciones y suites, dos restaurantes grandes, centro de banquetes de BBC con capacidad para más de 1.200 personas. Cuando estuvimos coincidimos con una boda. Por eso estaba el parking hasta los topes. El hotel dispone de un aparcamiento para más de 400 vehículos por lo que nunca se llena, excepto cuando hay algún evento tipo boda, primera comunión o bautizo.
Nosotros lo pasamos bien. Fuimos mucho al spa aprovechando un horario muy razonable que tiene. Abre a las doce de la mañana y no cierra hasta las 20 horas. En el spa son muy estrictos con el tema de las chanclas y el gorro. Si no los llevas, no te dejan entrar.
Pese a alguna desventaja sin mayor importancia, os recomiendo el Hotel Castillo del Bosque. Si alejarte mucho de la ciudad, encuentras un hotel rural en mitad de un jardín boscoso muy lindo.