La Haya es la ciudad de Holanda Meridional donde vive el rey Gillermo Alejandro. También el gobierno y el parlament0 se fueron para allí. Por eso la población está creciendo. En el municipio andan por unos 600.000 habitantes
No me divertí mucho en La Haya. La ciudad de los palacios y las avenidas, se ha convertido en la ciudad de los políticos. Ves por la calle mucha gente con cara de funcionaria. Tiene un montón de embajadas, ministerios y es la sede del gobierno de los Países Bajos y de la Corte Internacional. Ni siquiera el tener la residencia de la familia real le da glamour. Nada que ver con Mónaco ni con Londres. Y eso que es allí donde se corona a los soberanos holandeses.
Mi marido insistía en al La Haya es una ciudad cosmopolita. Para mí la capital de la provincia de Zuid-Holand (Holanda del Sur) acabó siendo un aburrimiento. No veía la hora de largarme.
Encima está llena de jueces. A nivel internacional, La Haya se conoce a menudo como la "capital judicial del mundo mundial" debido a los numerosos tribunales internacionales que se les instalaron por toda la ciudad. Cuanto tribunal internacional se crea, se coloca en La Haya. Pudimos ver las sedes de la Corte Internacional de Justicia, el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y la Corte Penal Internacional.
Todo son oficinas importantes. Además de estas instituciones judiciales, La Haya alberga más de 150 organizaciones internacionales de todos los colores y muchas instituciones de la UE, empresas multinacionales importantes y embajadas de los países más ricos.
Por eso encuentras a gente de todos los países del mundo. Yo la encontré muy diferente a Ámsterdam. Eché en falta a los turistas extranjeros que llenan Ámsterdam de entusiasmo y liberalismo. En La Haya sólo hay funcionarios con caritas aburridas.
La única ventaja que le encontré fue la tranquilidad. Sus habitantes no andan de fiestas ruidosas. Son gente de moqueta que se dedica a la burocracia.
También me llamó la atención que no tuviera canales como otras ciudades holandesas. Tiene unas calles anchitas con mucha vegetación. Sus once kilómetros de costa han quedado sin ningún arenal.
El centro de la ciudad tiene la mayor parte de la arquitectura histórica. Vimos paredes medievales, renacentistas y barrocos. Y es fácilmente accesible a pie. Nosotros estuvimos dos días recorriendo sus calles. Andábamos y de vez en cuando parábamos a tomar café en las cafeterías al aire libre. Aproveché para ir de tiendas a la vez que acompañaba a mi santo en plan turista cultural.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar La Haya. Para gustos colores. Repito que me aburrí. Tal vez el motivo de mi aburrimiento fue que iba con la idea de encontrar una ciudad muy parecida a Amsterdam.