El Hotel Miramar de Barcelona es uno de los hoteles favoritos de mi marido. Yo creo que le gusta tanto más por su historia que por el alojamiento en sí. Este hotel fue inaugurado en el año 1929 con motivo de la Exposición Universal.
Es un hotel que en los años treinta era enorme, pero, hoy en día sus 75 habitaciones se quedan cortas en el centro de Barcelona. Tal vez por eso han intentado ponerle mucho encanto en la reforma que en el año 2006 realizó el arquitecto catalán Oscar Tusquets, mezclando la grandeza de las instalaciones originales con una decoración vanguardista. La idea era hacerlo parte de los hoteles de la ciudad condal que ofrece una extensa gama de servicios de lujo.
Así en la decoración predominan los tonos chocolate y crema. Todas las estancias cuentan con grandes ventanales panorámicos. Desde la ventana de nuestra habitación teníamos unas vistas muy bonitas. Casi no te apetecía salir.
Mi marido propuso ver algún partido de fútbol en la gran televisión de plasma que nos dejaron. Acepté el trato: así ahorraríamos dinero en salidas por la ciudad Condal siempre caras. Barcelona es una ciudad carísima.
Además, teníamos la suerte que nuestra habitación era de las que tenían jacuzzi. Un lujo por el que no nos cobraron extra. Por lo demás hubo que apoquinar. Estoy hablando de wi fi, caja fuerte, minibar, sauna, gimnasio, lavandería, etc, etc, etc. Los del Miramar de Barcelona saben hacer caja.
Os recomiendo el Hotel Miramar. Me parece más ideal para una pareja de fin de semana que para una familia. Nosotros estábamos solos y disfrutamos mucho este hotel con mucha historia.
La ubicación del hotel es fantástica para hacer turismo por la Ciudad Condal. Te queda todo a un paseo desde el hotel. Esto acaba ahorrándote muchos gastos en transporte. Por eso solemos elegir hoteles céntricos cuando queremos hacer turismo y también cuando no queremos hacer tanto turismo. A mí me encanta el centro de las ciudades.