César Antigüedades es una empresa de A Pontenova, en Lugo, que se dedica al mundo de las cosas viejas. Les llevas ese reloj de cuco que has heredado de tu abuela y te lo compran. Otra cosa es que te paguen lo que tú esperabas. Pero pagar poquito pagan todos los anticuarios.
Yo no les he vendido nada. Sólo he recurrido a sus servicios para que me hicieran la tasación de una vajilla de Sargadelos que tenía mi suegra y que quería regalarnos. El que acabó vendiendo los platos fue mi marido. Decidimos sacarle dinerito antes de que rompieran porque nosotros no somos de comer en platos viejos por mucho valor que tengan. Servidora está muy contenta con sus vajillas compradas en Ikea.
La tasación fue un acierto. Mi marido le ofrecía el papel con el precio a los clientes. Así se quitaba de regateos. Al final llevó los platos, el cliente que superó el precio fijado por el tasador de César Antigüedades.
Estos anticuarios compran joyas, oro, plata, cerámica de Sargadelos y O Castro, monedas, billetes y todo lo que se pueda calificar con arte. Me llamó la atención que comercialicen marfil. Es un lio legalizarlo. Nos contaron que miran siempre que el marfil cumpla con la legislación vigente.
Otra ventaja es lo discretos que son. No hace falta que les lleves tú las piezas que quieres vender. Se desplazan a tu domicilio para verlas si vives por los alrededores o pretendes venderles una pieza única y muy cara.
Os recomiendo, pues, César Antigüedades. Tienen a vender piezas fabulosas. Vi en su tienda de A Pontenova unos cristos igualitos a los de las iglesias. Mi marido decía que debieron de ser robos. No creo. A lo mejor, salieron de una iglesia que decidió vender un Cristo para hacer caja.
Mi suegra, nos acompañó en la visita y quedó prendada con las piezas de plata. Quería comprar aquellos candelabros que había visto de niña en las casas pudientes de Lugo. Mi marido le dijo que era mejor no comprar ninguno de aquellos cacharros porque la plata es muy difícil limpiarla bien.
No me importa lo que diga mi santo. En fechas próximas comparé algún candelabro para regalárselo a su madre. Me dio penita mi suegra. Se muere por tener en su salón las jarras, platos y candelabros muy de moda en otros tiempos. Quiero cumplir su deseo.