Bertrand Pincus, (Ricky Gervais) es un dentista inglés, misógino y con tantos trastornos obsesivos que recuerda al maniático personaje de Jack Nicholson en Peor Imposible.
Pincus vive en Manhatan y no soporta al resto del mundo (“Lo que no me gusta de las multitudes son las personas que las forman” dice en la película).
Un día, ingresa en una clínica para someterse a una colonoscopia. Como consecuencia de la anestesia general, su corazón deja de latir durante siete minutos en la mesa de operaciones. Debido a esta "muerte temporal", Pincus sale del hospital con la facultad de ver fantasmas y poder hablar con ellos. Entre los fantasmas, hay uno especialmente molesto, el de Frank (Grez Kinnear) que le persigue sin tregua para que le ayude a salvar a su viuda Gwen (Téa Leoni) que va a casarse con un hombre magnífico en apariencia, pero que en realidad sólo quiere aprovecharse de ella. Frank explica a Pincus que cuando una persona muere sin haber dejado todos sus asuntos resueltos, se ve obligada a vagar por el mundo de los vivos. Por ello, Frank acosa a Pincus para que éste le ayude a dejar la Tierra y pueda descansar en paz…
Ésta es una bonita comedia romántica con moraleja incluida: Hay que dejar de mirarse el ombligo y disfrutar haciendo el bien a los demas.
En la cinta hay situaciones muy ocurrentes que llevan a la risa en varias ocasiones, como cuando Gwen y Pincus sacan a pasear al “cachorrito” que ésta acaba de adoptar o cuando Frank da gracias a Dios por haberse bajado el Tetris a su móvil antes de morir y así tener algo con lo que entretenerse en su vagar por el mundo de los vivos.
Las interpretaciones son correctísimas, especialmente la del inglés Ricky Gervais, que está sobresaliente como el insufrible doctor Piños. Téa Leoni está encantadora y Greg Kinnear también resulta convincente.
Es una comedia fácil, que a pesar de contener varios tópicos y de su predecible final, se ve con agrado. Gustará especialmente a los amantes de la comedia elegante y amable (sin escatologías, blasfemias, etc…)¡Ah! Y atentos al inesperado giro final a unos diez minutos del fin. Os dejará ojipláticos.
La BSO compuesta por Geoff Zanelli recuerda sospechosamente a la de la película “Mejor Imposible” . Este punto junto con el “patético titulito” que le han puesto en español son los puntos negativos de la película. Mucho mejor el título en inglés (Ghost town), bastante más representativo de lo que sucede en el film.
Por último, una sugerencia: Si tenéis oportunidad, mejor vedla en V.O. Eso os permitirá disfrutar del engolado acento británico de Ricky Gervais que le aporta muchos matices a su personaje.