Somos víctimas de la publicidad. Esa es la explicación por la que todos hemos visto esta serie y ha sido el boom del año.
Otro de sus aciertos ha sido que la primera temporada sólo tenga 6 capítulos con lo que han conseguido que te quedes con las ganas y así esperes con ansiedad la siguiente temporada, y es que, aunque la temporada acabó emocionante, tampoco hay que tener demasiadas expectativas puestas en la segunda parte para no llevarnos un chasco.
Esta serie trata el tema de los zombies. No es un tema nuevo en el cine, pero si en una serie, al menos yo no conocía ninguna. El argumento es interesante, aunque creo que no da mucho de si, por mucho que lo quieran alargar, así que te limitas a ver los capítulos a ver cómo se las apañan los protagonistas por sobrevivir en un mundo tomado por los zombies, donde cualquier despiste puede ser fatal.
La idea de esta serie es la misma que la de la película “28 días” por lo que no me parece nada original, de hecho prácticamente empieza igual. El prota está en coma y cuando despierta se encuentra la ciudad asolada. No hay humanos, sólo zombies que te comerán o contagiarán, de manera que tu también te conviertes en zombie. Él logra escapar de la ciudad gracias a la información que le da uno de los pocos supervivientes y parte en busca de su mujer y su hijo… y ya no voy a contar mas para no destriparos nada.
A pesar de ser muy pocos capítulos hay mucha diferencia entre los primeros y los últimos. Mientras que los dos primeros logran engancharte y tienen una cierta coherencia, el resto no son más que una sucesión de escenas en las que los personajes se van dejando llevar sin demasiada lógica y es que como espectador intentas buscar una solución a su situación, pero no coincide con lo que ellos hacen.
Contra todo pronóstico yo no definiría esta serie como de terror y es que es tan inverosímil que no miedo, pero si asco. Es un poco gore, no para estómagos sensibles, aunque a partir del tercer capítulo disminuyen bastante las escenas asquerosas. Eso o es que te acostumbras.