Si una bala atraviesa mi cerebro, dejad que destruya las puertas
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Chaimae
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Acerca de:Mi Nombre Es Harvey Milk [Gus Van Sant]
Ventajas:Sean Penn está increíble. Banda sonora elegante y efectiva. Montaje excepcional. Guión ágil e interesante.
Desventajas:Diego Luna.
La historia de Harvey Milk, el mártir activista que luchó por la defensa de los derechos de la comunidad homosexual en el San Francisco de finales de los años 70, da lugar a Mi nombre es Harvey Milk, un típico biopic hollywoodiense.
Con los mimbres de un impecable trabajo de reconstrucción histórica y la sensacional fotografía de Harris Savides, se construye un excelente guión que recorre la lucha y ascensión política y social de Milk, desde que llegó al Barrio Castro de San Francisco en 1972 hasta su asesinato en 1978, al mismo tiempo que se consigue completamente la inmersión en la época.
La historia en sí es todo un alegato contra los más conservadores que se oponen (aun hoy) a otorgar a los homosexuales los derechos propios de cualquier otro ciudadano, además de un bello testimonio sobre la esperanza como principal arma de lucha contra el rechazo que origina la homosexualidad entre algunas personas.
Si Gus Van Sant hace un gran trabajo de dirección, que demuestra su gran conocimiento narrativo del cine, siendo un gran acierto el montaje que combina imágenes de archivo con interpretaciones del elenco.
Como protagonista, Sean Penn termina de sacarle brillo al asunto. Desde su primera aparición en pantalla asumiendo el papel de narrador que graba su vida en un magnetófono, se hace merecedor de un fuerte aplauso. Camaleónico y contenido, Penn, como el gran actor que es, se mete en la piel del activista Milk, imitando sus apariciones públicas con un mimetismo impresionante e imprimiendo a todos sus discursos públicos una verosimilitud increíble. Desde aquí aprovecho una vez más para recomendar el visionado de esta película en su versión original ya que, sólo por ver el tono de fuerza que Sean Penn le pone a sus arengas.
El nutrido grupo de actores secundarios que rodea a Penn también trabaja a favor de la película: desde una espectacular caracterización de Josh Brolin en el papel de Dan White -el asesino de Milk, hasta James Franco, pasando por Emile Hirsch. Quizá, el más desaprovechado sea Diego Luna que no resulta muy convincente pese a protagonizar una de las escenas más impactantes del filme.
Mención especial merece la banda sonora de Danny Elfman, elegante y emotiva, claro que Tosca y Puccini son una apuesta segura.
En definitiva, más allá de sus reivindicaciones históricas, ésta es una buena película que demuestra las posibilidades del biopic como formato para hacer buen cine.
Con los mimbres de un impecable trabajo de reconstrucción histórica y la sensacional fotografía de Harris Savides, se construye un excelente guión que recorre la lucha y ascensión política y social de Milk, desde que llegó al Barrio Castro de San Francisco en 1972 hasta su asesinato en 1978, al mismo tiempo que se consigue completamente la inmersión en la época.
La historia en sí es todo un alegato contra los más conservadores que se oponen (aun hoy) a otorgar a los homosexuales los derechos propios de cualquier otro ciudadano, además de un bello testimonio sobre la esperanza como principal arma de lucha contra el rechazo que origina la homosexualidad entre algunas personas.
Si Gus Van Sant hace un gran trabajo de dirección, que demuestra su gran conocimiento narrativo del cine, siendo un gran acierto el montaje que combina imágenes de archivo con interpretaciones del elenco.
Como protagonista, Sean Penn termina de sacarle brillo al asunto. Desde su primera aparición en pantalla asumiendo el papel de narrador que graba su vida en un magnetófono, se hace merecedor de un fuerte aplauso. Camaleónico y contenido, Penn, como el gran actor que es, se mete en la piel del activista Milk, imitando sus apariciones públicas con un mimetismo impresionante e imprimiendo a todos sus discursos públicos una verosimilitud increíble. Desde aquí aprovecho una vez más para recomendar el visionado de esta película en su versión original ya que, sólo por ver el tono de fuerza que Sean Penn le pone a sus arengas.
El nutrido grupo de actores secundarios que rodea a Penn también trabaja a favor de la película: desde una espectacular caracterización de Josh Brolin en el papel de Dan White -el asesino de Milk, hasta James Franco, pasando por Emile Hirsch. Quizá, el más desaprovechado sea Diego Luna que no resulta muy convincente pese a protagonizar una de las escenas más impactantes del filme.
Mención especial merece la banda sonora de Danny Elfman, elegante y emotiva, claro que Tosca y Puccini son una apuesta segura.
En definitiva, más allá de sus reivindicaciones históricas, ésta es una buena película que demuestra las posibilidades del biopic como formato para hacer buen cine.
Fecha:12:56:11 04/02/11
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Votos:no disponible.
Categorías:Ocio y cultura
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