Monasterio de Santa Catalina
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Acerca de:Monasterio de Santa Catalina [Arequipa]
Ventajas:Una visita que vale la pena
Desventajas:Nada
En el año 2000 el centro histórico de la ciudad de Arequipa fue declarado Patrimonio de la Humanidad.
Una de las joyas que se encuentran aquí es el Monasterio de Santa Catalina, ubicado a tres manzanas del centro neurálgico de la ciudad, la Plaza de Armas.
Algo que llama mucho la atención de este monasterio son sus dimensiones: ocupa toda una manzana, con un total de 20.000 metros cuadrados. Es realmente una pequeña ciudadela rodeada de un alto muro.
El monasterio fue fundado en el año 1580 por Doña María de Guzmán, una viuda adinerada. Las primeras novicias que aquí ingresan proceden de familias ricas de la ciudad, entregando su dote al monasterio.
Dentro de él, conservan algunos privilegios de los que tenían extramuros: tienen personal a su servicio e incluso pueden organizar fiestas en el monasterio.
Esto cambia en 1870, cuando la responsable del monasterio decide cambiar estas costumbres en favor de un tipo de vida más austera y más propia de la vida religiosa.
El monasterio, como os decía, una pequeña ciudad, cuenta de varias estancias, iglesia, capilla, claustros de diferentes usos (por ejemplo hay uno de uso exclusivo de las novicias), huerto, lavandería, cocinas de diferentes tamaños y estrechas callejuelas en las que se sitúan las celdas de las monjas y que tienen nombres de ciudades españolas: Sevilla, Toledo, Granada...
El lugar es hermosísimo, está muy cuidado, las calles están cuajadas de flores, es muy tranquilo...
Predominan aquí dos colores: el azul y el rojo. El primero correspondía a las zonas dedicadas al servicio y las rojas a zonas públicas. Se dice que el motivo principal de la pintura azul es que espantaba las moscas y las zonas de servicios eran las que estaban más sucias debido sobre todo a los animales que aquí vivían.
La visita puede realizarse por libre o elegir una visita guiada. Nosotros, dado que viajábamos con un niño pequeño, fuimos por nuestra cuenta, y la experiencia fue excelente.
Estuvimos toda una mañana. Paramos para tomar algo en la cafetería del monasterio, con un pequeño muy bien cuidado y muy agradable, aunque los precios eran muy elevados para lo que suele ser habitual en la ciudad.
Sin dudarlo os recomiendo visitar este monasterio si tenéis ocasion de poder conocer la ciudad de Arequipa, una de las más bellas de Perú.
Una de las joyas que se encuentran aquí es el Monasterio de Santa Catalina, ubicado a tres manzanas del centro neurálgico de la ciudad, la Plaza de Armas.
Algo que llama mucho la atención de este monasterio son sus dimensiones: ocupa toda una manzana, con un total de 20.000 metros cuadrados. Es realmente una pequeña ciudadela rodeada de un alto muro.
El monasterio fue fundado en el año 1580 por Doña María de Guzmán, una viuda adinerada. Las primeras novicias que aquí ingresan proceden de familias ricas de la ciudad, entregando su dote al monasterio.
Dentro de él, conservan algunos privilegios de los que tenían extramuros: tienen personal a su servicio e incluso pueden organizar fiestas en el monasterio.
Esto cambia en 1870, cuando la responsable del monasterio decide cambiar estas costumbres en favor de un tipo de vida más austera y más propia de la vida religiosa.
El monasterio, como os decía, una pequeña ciudad, cuenta de varias estancias, iglesia, capilla, claustros de diferentes usos (por ejemplo hay uno de uso exclusivo de las novicias), huerto, lavandería, cocinas de diferentes tamaños y estrechas callejuelas en las que se sitúan las celdas de las monjas y que tienen nombres de ciudades españolas: Sevilla, Toledo, Granada...
El lugar es hermosísimo, está muy cuidado, las calles están cuajadas de flores, es muy tranquilo...
Predominan aquí dos colores: el azul y el rojo. El primero correspondía a las zonas dedicadas al servicio y las rojas a zonas públicas. Se dice que el motivo principal de la pintura azul es que espantaba las moscas y las zonas de servicios eran las que estaban más sucias debido sobre todo a los animales que aquí vivían.
La visita puede realizarse por libre o elegir una visita guiada. Nosotros, dado que viajábamos con un niño pequeño, fuimos por nuestra cuenta, y la experiencia fue excelente.
Estuvimos toda una mañana. Paramos para tomar algo en la cafetería del monasterio, con un pequeño muy bien cuidado y muy agradable, aunque los precios eran muy elevados para lo que suele ser habitual en la ciudad.
Sin dudarlo os recomiendo visitar este monasterio si tenéis ocasion de poder conocer la ciudad de Arequipa, una de las más bellas de Perú.
Fecha:09:28:32 24/02/10
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
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