El museo egipcio es un edificio inconfundible, en un color salmón, plagado de turistas que no paran de sacarse fotos en sus jardines, donde también e exponen piezas.
Este museo fue una pequeña decepción para mí porque no encontré lo que esperaba. Yo creía que iba a ver una exposición bien montada, del estilo a la zona egipcia del museo del Louvre y me encontré un museo en el que las obras de arte se amontonaban sir ningún orden aparente.
La visita ya empezó con mal pie pues tuvimos que esperar bastante en la taquilla para sacar las entradas. Es que decidimos ir por libre, ya que la visita organizada por la agencia nos parecía un robo: 78 euros por visitar la ciudadela y el museo de El Cairo, aunque fuera en visita guiada es una barbaridad.
Bueno, pues eso, que no estábamos acostumbrados a tener que hacer cola para las entradas, ni a ver las cosas sin el guía y entonces fue un pequeño cambio. No recuerdo el precio de la entrada, pero me pareció muy barato. Yo creo que encima nos hicieron descuento con el carnet de estudiante.
Para entrar al museo tienes que pasar un escáner. Eso les sirve para comprobar, entre otras cosas, que no llevas cámaras, las cuales tienes que dejar en una consigna (que creo que es gratis). Y ya por fin entras en el museo. Te quedas impresionado con la cantidad de estatuas que hay, pero sobre todo, con el tamaño de las mismas, sobre todo con el conjunto del fondo, sacado de Abu Simbel. No me quedó claro si el que hay allí es el auténtico y este una reproducción o viceversa, pero para nosotros, que no visitamos este templo, fue todo un descubrimiento.
En este enorme recibidor, presidido por esos 4 colosos de Abu Simbel, hay un montón de piezas más. Hay sarcófagos, estatuas, piedras variadas y ya ni me acuerdo, todo tratando de encontrar su espacio sin éxito. Al final, el visitante no aprecia el valor de las piezas porque los conservadores del museo no lo hacen. Entiendo que el problema es que el museo no es lo suficientemente grande para albergar tamaña exposición, pero la solución la veo en que directamente no expongan todo, sólo lo que quepa. Aunque claro, es probable que hasta los almacenes se les hayan quedado pequeños y es que por lo visto en Egipto, en cuanto levantas un poco de arena te aparece una obra de arte.
Hay multitud de salas con exposiciones de diferentes tipos. Hay incluso una zona dedicada al arte romano, que nosotros pasamos un poco de ver. Para eso es mejor irte al Vaticano. En el museo de El Cairo lo que quieres ver son esculturas de faraones, momias y joyas egipcias y eso lo vas a encontrar sin problemas, tanto que al final te empachas.
Sin embargo, lo peor del museo no es la cantidad de metros cuadrados de exposición que hay, sino el inmenso calor que hace. No hay aire acondicionado, sólo en las salas destinadas a la exposición de lo encontrado en la tumba de Tutankamon, que estaban abarrotadas y estoy segura que no era solamente por lo maravilloso de las piezas, sino porque es el único lugar del museo con una temperatura medianamente aceptable. En el resto incluso rompes a sudar. No entiendo como las piezas pueden conservarse sin deterioro aparente (bueno, mas deterioro que el traen de la calle)
No se deciros exactamente como llegar a él, ya que en EL Cairo el trasporte público es un caos. Creo que hay metro, pero nosotros nos movíamos en taxi porque es muy barato. Desde nuestro hotel hasta el museo tardamos fácilmente entre 15 y 25 minutos (y eso que los egipcios conducen como locos) y creo que lo que nos cobró no llegó a 4 euros. Con esos precios, ¿para qué molestarse en buscar un medio de transporte alternativo?