El Palace Hotel de Barcelona tiene una ubicación muy buena, en la Gran Vía de las Cortes Catalanas.
Me alojé en una ocasión en este cinco estrellas y no quedé nada contenta del trato recibido. El personal es muy estirado. Insiste en hablar en catalán y parece no importarle que no los huéspedes no los entiendan. Yo intenté que me subieran las maletas a mi cuarto porque iba sola con la niña y ni ofreciendo propina conseguí que el mozo me las subiera. Tal vez cinco euros le parecían poco dinero para hacerme el favor. En otros hoteles con menos estrellas me suben las maletas gratis.
En mi habitación me encontré con un televisor que era muy grande, muy de plasma, con muchas pulgadas, pero no se veía nada bien. Fallaban las imágenes en calidad y el sonido no era gran cosa.
No quedaron ahí mis decepciones. Cuando fui al spa me lo encontré en reformas. ¿Por qué me habían dicho dos días antes por teléfono que el hotel tenía un spa fantástico? No se consiguen clientes engañando.
Por lo que me cobraron por un fin de semana bien podían darme el wi fi gratis. Pues no. Tuve que apoquinar por conectarme a Internet con mi portátil desde la habitación. Menos mal que la conexión era buena.
Afortunadamente la cama era cómoda. Pude dormir como una bendita. Falta me hacía tras tanta desilusión. También pude disfrutar de una buena gastronomía en el restaurante del hotel. Se comía de cine.