Hotel Jurys Inn de Praga: un hotel demasiado espartano
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Scarlett2000
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Acerca de:Hotel Jurys Inn [Praga]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
El Hotel Jurys Inn de Praga es un hotel que te queda próximo al centro de la ciudad. Justo por eso lo elegimos. Queríamos un hotel céntrico para nuestra esta turística en Praga.
En diez minutos de caminata te ponías en la Torre de la Pólvora, que es por donde entras en el casco histórico de la ciudad de Praga. Con cinco minutos más de caminata estabas en el viejo edificio del ayuntamiento.
En transporte poco gastamos porque el hotel estaba bien comunicado por metro. Si querías ir a cerca tenías de sobra con el metro. Para distancias mayores debías pasarte del metro a un tranvía bastante cómodo. Nosotros lo cogimos para visitar un castillo.
Me llamó la atención que el hotel estuviera hasta los topes. Lo notabas en la misma recepción donde no encontrabas un sillón libre para sentarte. También se notaba en el restaurante donde servían los desayunos. Por cierto, muchos de los huéspedes eran españoles. Esto hacía que te sintieras como en casa.
Nuestra habitación no fue muy de mi agrado. Tenía el suelo de moqueta, cosa que no me gusta nada. Menos mal que se veía bien limpio.
De lujos nada de nada. Nuestro cuarto era casi espartano. No teníamos ni un cuadro en la pared. Los mismos muebles se veían baratos y los sillones no se podían llamar tal porque más bien eran sillas.
Las únicas ventaja de nuestra habitación era su amplitud y sus vistas a la calle.
Menos me gustó el cuarto de baño. Tenía una bañera a la que costaba entrar y de la que costaba salir por lo alta que estaba.
Yo dormí bien pese a que las cortinas no te quitaban toda la luminosidad procedente de la calle. No había persianas. Otra desventaja.
Del desayuno sólo me quejo del café: era café de máquina. Por lo demás había zumos, salchichas, fruta, bollería para dar y tomar.
No me quedaron ganas de volver al Hotel Jurys Inn de Praga. Demasiado austero para mi gusto. Encima el personal tenía un inglés bastante deficiente. Te costaba entenderlos.
En diez minutos de caminata te ponías en la Torre de la Pólvora, que es por donde entras en el casco histórico de la ciudad de Praga. Con cinco minutos más de caminata estabas en el viejo edificio del ayuntamiento.
En transporte poco gastamos porque el hotel estaba bien comunicado por metro. Si querías ir a cerca tenías de sobra con el metro. Para distancias mayores debías pasarte del metro a un tranvía bastante cómodo. Nosotros lo cogimos para visitar un castillo.
Me llamó la atención que el hotel estuviera hasta los topes. Lo notabas en la misma recepción donde no encontrabas un sillón libre para sentarte. También se notaba en el restaurante donde servían los desayunos. Por cierto, muchos de los huéspedes eran españoles. Esto hacía que te sintieras como en casa.
Nuestra habitación no fue muy de mi agrado. Tenía el suelo de moqueta, cosa que no me gusta nada. Menos mal que se veía bien limpio.
De lujos nada de nada. Nuestro cuarto era casi espartano. No teníamos ni un cuadro en la pared. Los mismos muebles se veían baratos y los sillones no se podían llamar tal porque más bien eran sillas.
Las únicas ventaja de nuestra habitación era su amplitud y sus vistas a la calle.
Menos me gustó el cuarto de baño. Tenía una bañera a la que costaba entrar y de la que costaba salir por lo alta que estaba.
Yo dormí bien pese a que las cortinas no te quitaban toda la luminosidad procedente de la calle. No había persianas. Otra desventaja.
Del desayuno sólo me quejo del café: era café de máquina. Por lo demás había zumos, salchichas, fruta, bollería para dar y tomar.
No me quedaron ganas de volver al Hotel Jurys Inn de Praga. Demasiado austero para mi gusto. Encima el personal tenía un inglés bastante deficiente. Te costaba entenderlos.
Fecha:08:52:56 31/01/13
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
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