El Mercado Central de Valencia es más que un mercado. Tiene una arquitectura impresionante y es grande. Mosaicos, vidrieras, enormes cúpulas, sus rejas... Todo te llama la atención.
Su interior es muy espacioso, muy luminoso gracias a la luz que entra por sus ventanales y tiene multitud de columnas y arcos de hierro.
Cuando fuimos nosotros estaba a tope de turistas. No me extraña porque el edificio es precioso. Dentro está todo muy colocadito en los distintos puestos. Nosotros compramos algo de fruta y también fiambre. Tienen productos de primera calidad. No debes perderte los quesos. Hay una quesería enfrente de un puesto de fiambres que tiene una variedad tremenda de quesos.
Los vendedores y vendedoras son muy agradables. Se les nota que está acostumbrados a los turistas porque no les importa que les quiten fotos, incluso se ofrecen para posar. Mi chico quería pagarle a una señora de una quesería por haberse sumado a la foto de familia que nos hicimos. La señora nos dijo que ellas no cobraban por salir en las fotografías.
Os recomiendo visitar el Mercado Central de Valencia y comprar. Tienen un pescado muy fresco que me dio pena no poder llevar porque estábamos alojados en un hotel. Si llego a estar en un apartamento, mi familia iba a comer aquel pescado recién llegado de la lonja a todas horas. Había mariscos que todavía estaban vivos.
Este mercado tiene de todo. Hasta tienen platos preparados.
Es una pena que los fines de semana sólo esté abierto los sábados por la mañana. El domingo cierra.
El Mercado Central de Valencia está al lado de la Lonja. La zona en la que se ubica es muy bonita.