Si quieres alojarte en un palacio del siglo XIV, tienes que hacer una reserva en el Parador de Cáceres. Está en el Palacio de Torreorgaz, un edificio del lejano siglo citado que ha sido construido en su día sobre cimientos de un edificio árabe. Los antiguos eran muy aprovechados. Reciclaban más que nosotros. Es un edificio bonito con puerta de dintel y escudo barroco en su fachada.
Este Parador tiene muy buen ubicación. Está en el casco monumental de Cáceres, un casco que es patrimonio de la Humanidad y, en consecuencia, recibe muchas visitas de turistas nacionales y extranjeros. Hay gente que mira el listado de lugares patrimonio de la humanidad y va a visitarlos. Es otra forma de hacer turismo.
La decoración de este parador me gustó bastante. Es una decoración en tonos cremas con madera forrando las vigas. Demasiada madera tal vez, pero la madera le da un toque acogedor que hace que te sientas como la señora de la casa. Es así como me sentí el fin de semana que estuve por allí con mi marido y mis dos niñas: como la señora de la casa medieval en la que me encontraba. Digo medieval porque nuestra habitación, igual que el resto de estancias, estaba bajo un techo abovedado en piedra que parecía una celda de una cárcel antigua. Era total. Te metía en la gran cama y mirabas para arriba y tenías una techumbre como la de las iglesias.
Mi marido decía que no podía conciliar el sueño. Está acostumbrado a hoteles muy hoteles y estos paradores ubicados en palacios medievales lo descolocan. A mí me gustaba hasta el mobiliario, muy acogedor y estilista. Se notaba que las camas, mesillas y sillones habían salido de las manos de un carpintero, no de una fábrica.
Os recomiendo el Parador de Cáceres sobre todo por su restaurante. Te sirven un lomo de venado al queso del Casar que está para chuparse los dedos. Lo mismo puedo decir del cabrito asado al romero. En el restaurante del Parador de Cáceres hay muchos platos de cocina extremeña.