Mi marido tenía muchas ganas de conocer San Francisco. Yo creo que quería ir porque cerca de esta ciudad norteamericana está el Napa Valley, 48 kilómetros de viñedos. Fue lo primero que fuimos a ver en un coche alquilado y con un GPS también alquilado para no perdernos.
Impresiona ver tantos viñedos. Son los cultivos de viñedos que aparecían en la exitosa serie de televisión Falcon Crest. Había muchos turistas por allí cuando fuimos nosotros con las niñas.
A mí me gustó más la ciudad que sus alrededores. San Francisco es una ciudad rodeada de acantilados, ríos, bosques. Me refiero al Valle de Yosemite, un parque nacional impresionante donde no puedes dejar de visitar El bosque de secuoyas gigantes de Mariposa Grove y el espectacular mirador de Glacier Point.
En la ciudad hicimos mucho turismo de compras y turismo gastronómico, si así se puede llamar a la comida típica americana. Aprovechamos para comer un plato típico de San Francisco: gambas en un Bubba Gump. Por la noche nos acercamos solos al Bar Harrah's para escuchar jazz. A mi chico le encanta el jazz. Las niñas quedaron con una canguro que nos proporcionó el hotel.
Lo que más me gustó de San Francisco fueron sus casas señoriales victorinas. Su pasado inglés se le nota mucho a esta ciudad que es una de las más pobladas de los Estados Unidos. Mis hijas disfrutaron mucho los viajes en tranvía, un trasporte clásico en San Francisco.
Os recomiendo viajar a San Francisco. Es una ciudad donde no te aburres. Para comer no tendrás problema. Encuentras desde restaurantes con estrellas Michelín hasta extravagantes camiones de comida rápida, unos camiones que les encantaron a mis hijas. Si quieres salir encontraras espectáculos de la orquesta sinfónica, el ballet, el teatro y la ópera de fama mundial. Podrás disfrutar todo esto si tienes dinero para pagarlo. Yo me quedé con ganas de ir a la ópera, no porque me guste sino para ver el ambientillo que había dentro del teatro.