Sanlúcar de Barrameda es una localidad andaluza que gusta mucho a mi marido. Siempre que vamos nos acercamos a alguna bodega. A mi santo le gusta ver como hacen el vino y que le expliquen todos los pormenores de este trabajo ancestral que acaba con el preciado líquido embotellado.
La última vez que estuvimos nos dimos un paseo en coche de caballos con las niñas. Me sentí ridícula. Pero subí al carruaje para contentar a mis hijas. Una madre está dispuesta a todo para ver a sus hijas felices. También visitamos el mercado. Yo no puedo vivir sin hacer compras.
Pero lo que más hicimos en Sanlúcar de Barrameda fue comer tapas por los bares. Fuimos de terraza en terraza aprovechando que también venía mi suegra y se ofreció a hacer de niñera de sus nietas. En un bar del centro comimos un gazpacho que te chupabas los dedos. En mi vida había comido un gazpacho más sabroso.
Os recomiendo visitar Sanlúcar de Barrameda en Cádiz. Puedes ir a las Bodegas Hidalgo La Gitana. O acercarte hasta el castillo de Santiago. A mis hijas le gustó mucho. Ellas entran en un castillo y se imaginan un mundo medieval de príncipes guapos y princesas bellísimas. No descarto volver este verano. Me gustaría ver las carreras de caballos que organizan en la playa. Mi hermana fue el año pasado coincidiendo con este evento y quedó encantada. En Sanlúcar de Barrameda nunca te aburres. El flamenco, la fiesta, el vino manzanilla son sus características más destacables. También lo son los langostinos. Nunca había pensado que iba a encontrar unos langostinos que me gustaran tanto como los gallegos. Mi suegra decía lo mismo.
Playas tampoco le faltan a Sanlúcar de Barrameda. Hay unas seis. Nosotros fuimos a la que tienen en la desembocadura del Guadalquivir, la playa de las Salinas. Fuimos porque nos dijeron que tenía aguas tranquilas. Así era. No había nada de oleaje y pudimos nadar sin temer sustos.