¡¡Hola de nuevo!!
En mi viaje a Budapest, hace ya unos cuantos años atrás tuve la oportunidad de realizar este pequeño crucero si lo podemos llamar de alguna forma, por el río Danubio y admirar muchos de los monumentos, edificios importantes e iglesias que tiene esta hermosa ciudad.
Todo comenzó cuando decidimos una amiga mía y yo aprovechar las vacaciones de Navidad para irnos a algún lado. Nuestro destino no era Budapest, pero no quedaban ya plazas en los aviones y nos indicaron que esta ciudad era muy bonita y que había plazas, así que para Hungría que nos fuimos. Tuvimos que desplazarnos hasta el aeropuerto de Madrid, Barajas, para ir hasta Hungría.
Madrugamos un montón para coger un autobús y tras tres horas de avión llegamos al destino. Nos llevamos una gran maleta para 4 días porque era enero y pensábamos que nos íbamos a encontrar con una capa enorme de nieve y con unos -20ºC por lo menos cuando para sorpresa de nosotros había una ola de calor por Budapest y tenían unos cero grados y quedaban rastros de nieve, pero en general poca cosa. Nos recogió un guía y mientras íbamos en el autobús nos contó las cosillas para ver de esta ciudad. Asimismo nos dijo que ella iba a estar un día en concreto en un sitio concreto por si alguien se quería apuntar a alguna de las excursiones y nosotros nos decidimos a hacer esta.
Recuerdo que ese día nos dimos unas cuantas vueltas por la ciudad, mirando el reloj para no llegar tarde a la cita con la guía. Total que llegamos puntuales y al ver que allí nadie se presentaba nos empezamos a preocupar. Para nuestra sorpresa, empezamos a mirar como locos por los alrededores por si nos habíamos equivocado de sitio y encontramos un grupo bastante amplio que iba en una dirección de la calle. La verdad es que lo que nos habíamos fijado es que por Budapest la gente va como muy solitaria, muy callados y como mucho va una pareja, pero más de 3 personas no vimos en ningún momento.
Por lo tanto al ver un grupo más o menos grande pensamos que tenían que ser los españoles así que empezamos a correr detrás de ellos y al alcanzarles nos dimos cuenta que las caras nos sonaban del avión, así que estábamos con los españoles, menos mal.
Nos dirigimos hacia las proximidades del río Danubio, que es el río que cruza por Budapest. También deciros que en realidad la ciudad se divide como en dos ciudades, por una parte Buda y por otra Pest separadas ambas por este río. Allí nos encontramos con un río bastante amplio y con mucho caudal, su color era bastante marrón sucio seguramente por el deshielo de alguna montaña cercana con la "ola de calor" de 0ºC en invierno centroeuropeo.
Allí hablamos con la chica que hacía de guía, le dijimos que también queríamos hacer el viaje en barco y abonamos la excursión. No recuerdo bien el precio porque han pasado ya unos años, pero en Budapest es todo muy barato y seguro que esta excursión también lo era. Allí deciros que la moneda oficial son los florines y aunque veas que una excursión por ejemplo son 5000 florines, igual en realidad son 10 o 15 euros al cambio, pero así visto el 5000 nos da al ojo que parece muy caro.
Nos montamos en ese barco y pudimos comprobar que se trata de un barco no demasiado pequeño pero tampoco es un crucero. Nada más entrar tenía un pequeño recibidor con las paredes blancas y tras pasar un pequeño pasillo donde estaban los baños, nos encontramos con una sala de tamaño normal tirando a grande con un monton de mesas vestidas con manteles de tela granate y en todas ellas una vela encendida.
También se podía percibir una música no muy alta de estilo ópera para hacer el recorrido por el Danubio de una manera romántica, aunque yo iba con una amiga, supongo que habría alguna pareja por el barco y eso era todo un detallazo.
A todos nos dieron una copa de cristal y nos fueron llenando las copas de cava o champán. Nosotros optamos por dejar esas mesas con esas velas atrás y nos sentamos en la proa del barco donde hay numerosos bancos colocados en fila y no hay techo, por lo que se ve todo al descubierto y sin tener que mirar por los ventanales pequeños de la zona de las mesas, que además llevaban cortinas a juego con los manteles.
En la proa todo se veía mucho mejor, aunque lo que era inevitable era el tremendo frío que hacía ya entrando la noche y la humedad que se notaba del agua del río. Teníamos la cara casi congelada y el aire apenas nos dejaba abrir los ojos. Deciros que este barco empieza más o menos por donde el Parlamento. Se dirige a los principales puentes como el Puente de las Cadenas y otros no tan famosos, te da una vuelta cerca del Parlamento y del Bastión de los Pescadores y va un poco más allá para terminar de nuevo en el Parlamento.
Al final con el frío que hacía nos tuvimos que meter dentro donde las mesas. La excursión dura cerca de una hora y la verdad que está muy bien. Una anécdota muy graciosa que tuvimos es que nos dejamos el paraguas dentro del barco al salir, y tras andar unos pasos mi amiga se dio cuenta y fuimos corriendo donde la guía, le dijimos lo que nos pasaba, pero el barco ya estaba yéndose por el río. De repente la guía se puso a gritar en húngaro y el barco sorprendentemente dio la vuelta y nos entregó el paraguas. Se portó genial la guía con todos, muy amable tanto ella como los del barco.
Un saludo a todos.