¡¡Buenas a todos!!
Hace ya un porrón de años que fui a visitar la capital europea de Budapest pero aun recuerdo como si fuera ayer mi experiencia en esta ciudad, todo lo que visitamos y lo que vivimos durante esos días. Así que en esta ocasión os vengo a contar mi experiencia con la ciudad de Budapest.
Para quienes no sepan algo de geografía y dónde se localiza Budapest, pues os diré que Budapest es la capital de Hungría país europeo situado al este del continente y que hace frontera con países como: Austria, Rumanía o Serbia, entre otros.
El río que atraviesa la ciudad y el principal es el río Danubio, un río imponente y grande que parte la ciudad en dos. De hecho, la capital entera se llama Budapest pero no es del todo cierto ya que el río separa como dos partes de la ciudad donde una se llama Buda y la otra se llama Pest, de ahí el nombre que le han asignado a la capital.
Nosotros cuando fuimos a la agencia de viajes, no teníamos en mente visitar este país. Pero la trabajadora nos dijo que salía muy barato el viaje y que estaba muy bien, así que allá que nos fuimos.
Desde España, saliendo desde Madrid tenéis aproximadamente 3 horas de vuelo hasta Hungría. Allí el clima, sobre todo en invierno es mucho más helador que en España así que os recomiendo un buen abrigo.
El idioma principal es el húngaro y la moneda los florines. Aunque en este caso parece que el inglés es el idioma universal, si les habláis en inglés, lo más probable que no os contesten. No sé si no contestan porque se niegan a que el inglés entre en sus vidas o porque no saben hablarlo.
Nosotros nos alojamos en un hotel fuera del centro pero está bien comunicado todo el centro a base del metro. En el centro es donde hay todo y más para visitar. Lo que más nos llamó la atención de esta ciudad es que sin apenas moverte ya ves otro sitio característico u otro punto principal en el mapa para ver.
En Budapest hay para ver entre otras muchas cosas: iglesias, puentes principales, el Bastión de los Pescadores que es un mirador, un castillo, la Plaza de los Héroes, el Parlamento, el río Danubio y muchas cosas más.
En la gastronomía nos sorprendimos porque la carta estaba toda en húngaro así que elegimos a dedo porque no había forma de enterarnos. Nos sorprendió que la comida es muy parecida a la nuestra ya que comimos arroz blanco con algún ingrediente más y alitas de pollo fritas, entre otras cosas. Por cierto, la comida buenísima, abundante y muy muy muy barata. Los platos estaban bien llenos, de hecho el arroz se desbordaba y con otros dos platos más y la bebida incluida y no recuerdo si algo más, no llegaba al cambio a 4 euros.
Otra cosa que nos llamó la atención allí es que la gente va muy seria por la calle, en el metro y son muy solitarios o esa es la sensación que nos dio. Aunque no vimos para nada que fuera una ciudad insegura ni nada por el estilo. El tiempo que estuvimos no pasó nada, ni vimos nada raro ni gente mala, la verdad.
Así que después de todo lo argumentado os confesaré que quiero volver esta vez con mi pareja para que vea todo lo que vi yo y lo bonito que es. Por supuesto que os lo recomiendo estoy seguro que os va a encantar y aunque el idioma es un problemón no hay nada que se solucione con signos.
Un saludo a todos.