Me llamaron mucho la atención los muchos puentes que hay en Hamburgo. Hay más puentes que en Venecia. Fui con mi chico en un viaje de negocios compartido que me llevó a conocer los muelles de Hamburgo, una ciudad muy marinera. En la zona del muelle hay un edificio, el edificio del Elbphilarmonie, que llama la atención con un tejado en forma de ola. En este edificio está uno de los auditorios más frecuentados por alemanes y por turistas.
Mi marido fue por primera vez a Hamburgo cuando tenía 17 años. Yo no había estado nunca. Por eso no pude verificar cambios en una de las urbes alemanas más pobladas. A mi marido le llamó mucho la atención el auditorio que hicieron en el edificio de las olas, como lo llamaba yo. Es una gran sala de conciertos de uso polivalente en la parte suprior del almacén más grande del puerto. Mi chico decía que parecía un barco sobre el río Elba.
El puerto es la zona que más ha cambiado de Hamburgo, según mi chico. Hamburgo sigue siendo la misma ciudad de toda la vida, asentada entre los ríos Elba, Alster y Billey. De ahí tanto puente como tiene. Hay que cruzar los ríos.
Os recomiendo visitar esta ciudad del norte de Alemania. Hamburgo está conectada con el mar del Norte por el río Elba. La cruzan cientos de canales y también contiene amplias áreas verdes donde puedes relajarte paseando cuando hace buen tiempo. Cerca de su centro, el lago Alster interior tiene numerosos botes y está rodeado de cafés en los que pudimos saborear un café que a mí no me gustó y que a mi chico le encantó. Paseamos hasta el bulevar central de la ciudad, Jungfernstieg, que conecta la Neustadt (ciudad nueva) con la Altstadt (ciudad vieja), que alberga monumentos tan visitados por los turistas como la iglesia de San Miguel, del siglo XVIII. Yo pasé de visitar monumentos. No estaba para ir de iglesia en iglesia. Soy atea. Sólo accedía a ir de museos porque mi chico tenía en mente hacer algo de turismo cultural y no quería disgustarlo con una tarde de compras.
No sé como aguanté tanto museo. La Milla de los Museos comienza con el Kunsthalle de Hamburgo, un museo que se especializa en pintura europea bastante interesante. Termina en el Deichtorhallen, un museo de arte contemporáneo igual de interesante. Sólo visitamos esos dos museos, y ya me pareció mucho. De noche fuimos a la ópera. La Ópera del Estado de Hamburgo, donde se presentan la ópera y el ballet estatales, se encuentra justo al norte de Jungfemstieg, el bulevar comercial más importante de Hamburgo donde casi me volví loca. Entré en todas las tiendas de moda especialistas bordean la avenida peatonal Colonnaden, y Spitalerstrasse cuenta con grandes tiendas. No sé cómo me quedaron fuerzas para la noche, la ópera y los bares. La vida nocturna se centra en torno a Reeperbahn en el barrio de St. Pauli, donde hay bares y un barrio rojo que no me imaginaba tan chulo. Las especialidades culinarias locales son las ostras y la tradicional Aalsuppe (sopa) que pide todo el mundo. ¡Sí, la sopa! Nunca me había imaginado que acabaría tomando un plato de sopa como comida típica alemana.