Mi marido me convenció para hacer una experiencia de Aladinia, una empresa que ofrece a sus clientes experiencias inolvidables. Yo elegí la experiencia de un baño con delfines en Tarragona. Me apreció la experiencia más aceptable para una persona como yo, que no es muy valiente. Los delfines son unos peces muy simpáticos. Además, estos delfines de Tarragona están domesticados. No te muerden ni te hacen ningún daño. Yo los acaricie y no se incomodaron nada.
Los entrenadores estuvieron los 30 minutos que duró nuestro baño pendiente de nosotros y de los delfines. Previamente nos habían explicado como se comportan estos animales marinos. Yo no les presté mucha atención. Nadar con delfines me hacía temblar. No soy una persona que nade demasiado bien y pensaba más en no hacer el ridículo que en los delfines.
Nuestro grupo estaba formado por diez personas. Como máximo admiten 15 personas por grupo. Se trata de no agobiar demasiado a los delfines. Son unos animales sociales, pero no para que le echen a sus aguas una manada de seres humanos. Los delfines me parecieron majísimos. Me contó uno de los entrenadores del Aquopolis Costa Daurada que se ayudan entre ellos. Por ejemplo, cuando un delfín tiene problemas bajo el agua, los otros lo ayudan a salir a flote. Los hombres y las mujeres deberíamos tomar nota. No siempre nos ayudamos entre nosotros como se ayudan los delfines.
Os recomiendo esta experiencia del baño con delfines que hacen en el Aquopolis Costa Daurada por 74 euros por persona. La puedes adquirir en la web de Aladinia. Es una experiencia cara pero inolvidable. La sensación de tocar un delfín no la olvidaré en mi vida. No descarto para el año repetir la experiencia con mis hijas. Admiten a niños mayores de 7 años.
Aladinia tiene experiencias más fuertes. Mi marido se apuntó este verano a un vuelo en globo por los cielos de Segovia. Yo no soy tan valiente. Durante todo el tiempo que estuvo por los aires temí quedar viuda. Sería un desastre. No me imagino criando a mis hijas sola.