Me encanta viajar, me encanta conocer culturas nuevas, nuevas experiencias, nuevos sabores, olores... Creo que viajar expande las fronteras de tu mente y conocer lugares como Cuba hace que veas que el ser humano tiene una enorme capacidad de adaptación.
Cuba es un país sometido por una dictadura comunista. Es cierto que se está abriendo al mundo y que una vez te encuentras dentro de sus fronteras lo que ves no es lo que te esperas. Le queda mucho por avanzar para ser un país libre, pero yo no he visto esas carencias por las que iba un poquito reticente. Es cierto que si lo comparamos con España Cuba es un país tecnológicamente atrasado, que hay muchos lugares que necesitan muchísima inversión y que es una pena que un país que parece tan rico en recursos y materias primas esté como está, pero el comunismo es lo que tiene. Sin embargo, la gente es encantadora y no parece muy descontenta con la situación. Creo que hay muchísima economía sumergida y que se exprime al turista hasta la saciedad y es por ello que los primeros días me sentí estafada y engañada, la verdad es que cogí un poco de manía y desconfianza a los cubanos, pero después aprendes.
Me ha parecido un país muy seguro, no se veía gente sospechosa ni en ningún momento sentí miedo, pero eso si, no os fieis de los cubanos que se hacen los encontradizos. Lo único que quieren es llevaros a alguna tienda o restaurante en los que os van a clavar.
Por lo demás, Cuba es un país 100% recomendable. Seguro, con cultura, playas, alegría y ron, mucho ron. Prepararos el hígado para soportar tanta fiesta. Ah, y paciencia. Los cubanos se lo toman todo a un ritmo muuuuuyyyy lento.