La Taberna del Alabardero en Sevilla fue todo un descubrimiento. Fuimos andando por la orilla del Guadalquivir, hacia la plaza de toros de la Real Maestranza, llegamos a una bocacalle que sale de la plaza del Ayuntamiento y allí nos encontramos con este pequeño hotelito que mi marido conocía por haber ido a comer al restaurante con un amigo.
Nos dieron una de las mejores habitaciones: la suite Córdoba. Tampoco había mucho donde elegir. Sólo tienen siete habitaciones y cinco estaban ocupadas. Las siete habitaciones están decoradas según la moda de principios del siglo XX. Te sientes como si estuvieras alojada en la casa de una tía abuela que tienes en Sevilla.
Lo mejor de este alojamiento es el patio andaluz al que dan las habitaciones. Sales de tu cuarto y te asomas a un patio interior lleno de tranquilidad y pasado histórico. De la planta baja llegan a tus narices los deliciosos olores de las comidas que están preparando. Es en la planta baja donde se ubican las cocinas y los comedores.
Os recomiendo la Taberna del Alabardero en Sevilla para unas vacaciones baratas en Sevilla. Puedes ir andando a todos los sitios de interés turístico de la capital andaluza. Acabas ahorrando mucho dinero en desplazamientos. Nosotros acabamos en este pequeño hotelito urbano un fin de semana en el que asistíamos a la boda de unos amigos que se casaban en una iglesia de las proximidades. Fue todo un acierto. Pudimos llegar a la iglesia sin una sola arruga en la ropa porque fuimos andando. Cuando te metes en un coche siempre acabas arrugando el vestido.
Os recomiendo la Taberna del Alabardero en Sevilla. Muchos la conocen sólo como restaurante. Era el caso de mi chico. También tiene hospedaje. Sus habitaciones son tan recomendables como su comida. De su comida me quedo con un entrante de jamón ibérico. Estaba que te chupabas los dedos. Mi marido casi pide el divorcio cuando vio el precio. Fueron 23 euros por unas lonchas que me supieron a gloria.