¡¡Buenas a todos!!
En esta ocasión me gustaría hablaros de uno de los restaurantes que tenemos en la ciudad de Vitoria-Gasteiz, el cual tuvimos la oportunidad de disfrutar de él por el cumpleaños de mi pareja, exactamente el domingo 29 de mayo. En esta ocasión me gustaría hablaros del restaurante Dolomiti.
CARACTERÍSTICAS
El restaurante Domiliti se encuentra situado en la ciudad de Vitoria-Gasteiz en el centro de la ciudad. Justo en frente vamos a encontrar el Parque de la Florida y a poca distancia la calle Dato, la Plaza de la Virgen Blanca y el Casco histórico, entre otros atractivos turísticos.
Se trata de un negocio italiano y como tal ofrece a los comensales comida típicamente italiana. El local de Vitoria lo podemos encontrar en la Ramon y Cajal, 1, su teléfono es el 945 23 34 26 y su correo electrónico es el info@dolomiti.es.
Tiene una barra de bar así como dos comedores disponibles. Uno en la planta de arriba y otro en el sótano, éste último con una luz más tenue y algo más íntimo. Personalmente me gustan los dos, pero por preferir prefiero el de abajo porque me resulta más íntimo.
SUS PLATOS
Como ya he dicho anteriormente, este restaurante se trata de un restaurante italiano y nos da a conocer su comida típica italiana en una capital vasca como Vitoria-Gasteiz. Entre algunos de sus platos podremos encontrar: Ensalada de Pasta Fresca con vinagreta de tomate y albahaca con Jamón Ibérico, pizza Margherita, Lomos de merluza a la plancha, Txipirones en su tinta con arroz blanco, entre otros.
MENÚ
El restaurante Dolomiti ofrece a sus comensales diferentes menús que podemos encontrar de martes a viernes en horario de 13:00 horas a 15:00 horas. Tiene un coste de 14 euros + IVA. En ellos se ofrece dos primeros platos a elegir, dos segundos platos a elegir y dos postres también a elegir. El pan y bebida está incluido (agua, caña o copa de vino).
DECORACIÓN
Personalmente no sabía el por qué de la decoración de este restaurante y es que su temática nada tiene que ver con darse a conocer como restaurante italiano pues lo que adornan sus paredes tiene que ver con el deporte del ciclismo.
Y es que todo tiene su explicación. Su fundador, Francisco Galdós, después de colgar la bicicleta se metió en el mundillo de la cocina italiana y de ahí que la decoración tenga que ver todo con el ciclismo: rutas de ciclismo, logotipos de bicicletas y demás.
MI EXPERIENCIA PERSONAL
Pues os voy a confesar que con esta última vez creo que han sido un total de 3 veces las veces que he podido disfrutar de la comida de este restaurante, la última el 29 del pasado mes de mayo, por la celebración de cumpleaños de mi pareja.
La misma semana llamé por teléfono para reservar y me atendieron enseguida. Fue una chica la mar de simpática que me dijo que sí tenían mesa y que a ver a qué hora quería. Le comenté que sobre las 14:30 horas. Ella me aconsejó que si íbamos un cuarto de hora antes que era mucho mejor porque íbamos a estar solos e íbamos a ser atendidos al momento.
El día de la comida le hicimos caso y así fue. Nos atendieron a la primera, nos asignaron una mesa redonda. Tras mostrarnos la carta nos dieron otro folleto plastificado donde venían más platos. La verdad que hay de todo y mucho para elegir, de todos los tipos.
En un primer momento elegimos dos platos de la carta, teníamos pensado un plato de pasta y una pizza pero de repente los ojos se nos plantaron en el panfleto plastificado y nos llamaron la atención dos platos que fueron los que pedimos.
De primero pedimos una ración de croquetas. En un principio teníamos pensado coger de un tipo pero nos comentó la camarera que podíamos hacer una ración con mezcla de las dos. Unas eran de boletus y las otras de queso parmesano con carne. No podían estar más buenas. Fíjate que yo no soy muy amigo de los hongos y me gustaron, pero las de carne estaban impresionantes.
De segundo pedimos un estupendo, delicioso, maravilloso y espectacular plato de risotto con bogabante. La verdad que es indescriptible casi con palabras lo que se puede llegar a sentir en el sabor y en el paladar con semejante plato. La ración era más que grande y muy atractiva a la vista.
A todo esto pedimos una botella de agua fría que estaba también muy buena y ración de pan con grissinis y como no, nuevamente buenísmo.
Teníamos pensado pedir un tercero pero menos mal que no lo hicimos porque con el risotto y las croquetas no podíamos más. También fuimos aconsejados por la camarera que si nos quedábamos con hambre, que pidiéramos otro, pero que con esos dos valían. Se agradece el detalle, porque hay en otros restaurantes que no avisan y al final se acaba tirando la comida y el dinero.
El postre no se podía perdonar. Mi pareja pidió la tarta Sacher que le encanta y me comentó que estaba buenísima. Personalmente me pedí un goxua, postre típico vasco. Me hizo gracia porque siempre lo suelen poner en vaso pero aquí estaba como en un cuenco alargado. Aquello estaba de flipar, que bueno por favor.
Mi pareja posteriormente se pidió un café corto de café a la crema y me comentó que le supo de maravilla.
Todo esto nos vino a costar 48,13 euros. La verdad que para lo que comimos, la ración de cada plato y la atención recibida me parece que el precio está fenomenal y no me parece nada caro.
Comimos de maravilla, super contentos con el trato recibido y la atención. Estuvimos super a gusto y tras el cierre de otro restaurante que nos encantaba de Vitoria, éste se ha convertido en nuestro restaurante favorito italiano. Queda muy lejos de todos los restaurantes de cadena italianos que existen por toda España.
La ubicación del restaurante no puede ser mejor porque como he dicho antes se encuentra en pleno centro de Vitoria y está a muy poca distancia de muchos atractivos turísticos a visitar por la ciudad como calles importantes, museos o el mismo Casco Histórico.
CONCLUSIÓN
Como habéis podido comprobar no le pongo ningún pero a este pedazo de restaurante italiano de Vitoria. La verdad es que si os queréis dar un capricho, os lo recomiendo totalmente. Nosotros tenemos claro que vamos a volver porque nos encanta.
Un saludo a todos.