Mi chico eligió el Raeli Hotel Archimede para nuestro último viaje a la ciudad eterna porque es un hotel que tiene traslados al aeropuerto en autobús. Son unos traslados que van incluidos en el precio. Mi chico mira mucho de ahorrar cuando se pone en plan ahorro en nuestros viajes. El hotel no defrauda mucho, aunque está un poquito lejos de la calidad que encuentras en los hoteles españoles de cuatro estrellas.
Me gustó el espejo de marco dorado que había sobre el cabecero de nuestra cama. De noche daba mucho juego si dejabas la cortina sin correr y las persianas sin bajar. Un mundo de sombras se proyectaban sobre el cristal de espejo y te hacían casi entrar en una pesadilla. El espejo sobre el cabecero de la cama era un elemento decorativo que estaba presente en todas las habitaciones, según me comentó la camarera de piso.
La habitación que nos dieron era espaciosa, luminosa, con las paredes pintadas de color crema. Estuvimos cómodos. La habitación disponía de minibar bien surtido y baño privado con secador de pelo y artículos de aseo de marcas baratas. Era un hotel en el que no encontrabas lujos. Todo era muy apañado. El Archimede Hotel se encuentra en un edificio del siglo XIX totalmente reformado dentro de las líneas de la arquitectura primitiva del edificio. Los arquitectos que hicieron la reforma no le echaron mucha imaginación. Se limitaron a quitar barreras arquitectónicas con ascensores y a ordenar un pintado de paredes.
Nos quedamos a desayunar en el hotel. Todas las mañanas se sirve un desayuno buffet en la sala de desayunos de la planta baja. Fue uno de los desayunos más concurridos a los que asistí. Mi chico decía que debía venir gente de fuera a desayunar. Lo parecía. El vestíbulo cuenta con muchos sofás cómodos para que te sientes allí a leer la prensa o simplemente a ver pasar el tiempo y la vida. Era lo que hacía yo cuando mi chico tenía asuntos de trabajo fuera del hotel. En los sillones del vestíbulo hice muchas amistades que se convirtieron en clientas para mi negocio de cremas de marca.
Os recomiendo el Raeli Hotel Archimede en Roma, Italia, un hotel que se encuentra a sólo 150 metros de la estación de trenes Termini. Dispone de una zona con conexión de wifi gratis. Eche de menos no tener wi fi gratuita en mi habitación.