Muchas sardinillas de Conservas Javimar compra mi madre. Me preocupa porque no son nada sanas. Mi progenitora con el cuento de que son conservas gallegas selectas llena la despensa. Lo que está comprando es pura sal. Perfecto para aumentar la tensión hasta la locura.
Las que más está comprando estas semanas son las sardinillas en aceite de oliva virgen extra. Nos las pone de pincho con un trocito de pan. Están buenas, pero, miras la sal que llevan en la información del envase y te marcha el hambre. No os quiero ni decir lo saladas que están las sardinillas con pimiento de Padrón en aceite de oliva. Comes una y bebes una botella de agua mineral entera. Pero no son las más saladas. Los de Conservas Javimar echan toda la sal de las salinas de España en sus sardinas o sardinillas picantes. Esas son para tirarse al río directamente.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar las Conservas Javimar especializadas en sardinillas al tueste tradicional. Lo mejor que puedo decir de ellos es que sus sardinas huelen como las que compras en el mercado de abastos. Tienen un aroma inconfundible. Entro en la casa de mi madre y sé si acaba de abrir una lata. Me huelen hasta cuando las dejó en un platillo el día anterior para acabar de darse la fiesta el día siguiente.
Estas conservas son más caras que las de otras marcas de la competencia. Se explica su mayor precio porque elaboran las conservas de manera artesanal. También lo explica la calidad de las sardinas que meten en las latas. Son sardinillas de la variedad Pilchardus. Pillan las más pequeñas. Las grandes las dejan correr por el mar.
Deberían elaborar una variedad con menos sal o sin ninguna sal. Me ganarían como clienta si tuvieran sardinillas bajas en sal. También les agradecería un envasado más alegre. Tienen unas cajas de cartón las latas de Conservas Javimar en color fúnebre que parece que te presentan sardinas en luto.