De camping en Marruecos

Acerca de:Camping Agdal [Mequinez]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
Unas vacaciones en Marruecos pueden salirte baratas si vas a un camping. Yo estuve con unas amigas antes de casarme en el Camping municipal Agdal, en una ciudad que se llama Mequinez. Bueno, ellos la llaman Meknes. Es una ciudad con población mayoritaria bereber.

El camping es un lugar precioso. Decían mis amigas que era el sitio más bonito de Mequinez. Acabé dándoles la razón. Yo quería quedarme cerca de la medina. No sé ni cómo me convencieron para meterme en un camping. Pero fue un acierto. Los hoteles en Marruecos dejan bastante que desear, sobre todo en limpieza y sobre todo si buscas un alojamiento barato.

Este camping se encuentra al lado de la tumba de Muley Ismail, enfrente de la medina. Ni te enteras que tienes un muerto al lado. La tumba es tan grandiosa que parece más un monumento que una tumba al uso. El camping es un parque arbolado por encima de un bonito lago. El arbolado ajardinado procede de los jardines imperiales. El capitalismo se impone sobre las grandiosidades del pasado. Hay que hacer caja para mantener los excesos de los antiguos mandatarios.

Las instalaciones del camping eran excelentes. Como os decía, mejores que la mayoría de los hoteles. Teníamos agua caliente, cosa que no tienes en las duchas de muchos hoteles marroquíes aún hoy. Para comer nos buscamos la vida comprando alimentos en una tienda de comestibles del complejo. Nosotras mismas hacíamos las comidas.

Os recomiendo el Camping municipal Agdal. No sale caro pese a que te cobran por todo: por usar las duchas de agua caliente, por meter tu coche alquilado en el camping, por la tienda de campaña, por la caravana... El restaurante del camping estaba bien de precio. Nosotras sólo fuimos a comer un día. El resto de la semana que pasamos por allí hacíamos la comida en una barbacoa que también nos cobraron.

Aprovechamos para visitar la tumba de Muley Ismail, una especie de Rey Sol marroquí que se construyó un palacio para meter su tumba. Una buena idea. Así no asusta. La gente entra a ver el palacio, a ver los jardines, va a ver su tumba y visita la mezquita, aprovechando que dejan entrar a todo el mundo. Las mujeres tenemos que entrar bien tapadas. A nosotras no nos importó. Queríamos ver toda aquella grandiosidad. Yo me quité los zapatos y entré en la zona de oraciones. Recé un padrenuestro por el señor. Lo merecía. Mis amigas pasaron de rezos y quedaron mirando como tontas los dos grandes relojes gemelos que están iluminados por unas grandes linternas de bronce que cuelgan de unas cadenas sujetas al techo.

De allí nos fuimos al mercado de verduras en la Medina. Aprovechamos para comprar unas artesanías. No sólo venden verdura. Los puestos de artesanía son mayoritarios.
Fecha:09:01:31 13/07/20
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes