Lixus: la ciudad que fundaron los fenicios cerca de Larache

Acerca de:Lixus [Larache]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
Lixus me decepcionó. Cuando mi marido me dijo que íbamos a ver las ruinas de Lixus durante nuestro último viaje a Marruecos, esperaba ver algo grandioso. Lixus fue el establecimiento romano más grande de Marruecos, después de Volubilis. Se decía que Lixus era la ciudad más grande del África occidental. Mi marido me ilusionó con la historia del explorador Hannón, un señor que en el siglo V a.C. tenía una especie de circo por allí montado, un circo en el que no faltaban enormes elefantes y las bestias más salvajes sin domesticar.

Cuando llegamos a Lixus no se veían elefantes. Ni un elefantito pequeño. Nada. Sólo había unas cabras inofensivas y unas cuantas ovejas medio famélicas. Las ovejas buscaban hierbas para alimentarse entre las ruinas de la vieja ciudad. Aquello daba pena.

Nada quedaba de la grandiosa urbe fundada por los fenicios. Lixus sigue teniendo una ubicación estratégica, pero los gobernantes de Marruecos no le saben sacar partido. La gente de la zona intenta sobrevivir como puede. Algunos recogen sal en las marismas. Pero no está en pie el negocio del garum, un subproducto de las salazones de pescados que fabricaban los antiguos habitantes de Lixus. Era todo un negocio cuando la ciudad vivía sus años de esplendor. La factoría de sal está hoy en ruinas. Ha dejado de preparar pescado ahumado y sal para las embarcaciones.

Mi marido insistió en pasear por todas las ruinas. Fuimos andando por un camino polvoriento hasta el anfiteatro romano. Allí montaban un circo con animales salvajes que divertía a los vecinos y a los visitantes. Vimos el deslucido Mosaico del Océano. Aprovechando que llevaba un calzado adecuado para andar, me atreví a seguir a mi marido hasta la cumbre. Había unas vistas preciosas de Loukos, se veían también las salinas con terraza y los alminares de Larache. Hacia abajo se extendía la acrópolis, junto con los restos del oratorio. Mirando el oratorio te venían ganas de rezar en aquellos altares rodeados de columnas y una cámara en bóveda.

Os recomiendo visitar Lixus en Marruecos, pero hay que ir con mentalidad de ruinas de la vieja gloria de una ciudad que hoy no es más que unos escombros más o menos bonitos. Lo mejor son sus vistas desde la cumbre. Lo peor es que las ruinas estén tan descuidadas. Si quitaran las cabras y las ovejas de en medio, Lixus ganaría mucho. Así parece la ciudad de los muertos gloriosos. Te pones triste. Piensas que podrías estar viendo una ciudad esplendorosa de hoy en día en su futuro ruinoso. No somos nada. Todo es polvo.
Fecha:10:11:34 26/08/20
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Categorías:Viajes