Con tanto coronavirus como hay en este país y en el mundo mundial, es necesario desinfectar bien todo. Por eso estoy comprando la Deterlejía Limón Carrefour, una lejía mezclada con detergente en una botella de dos litros verde como verde es un limón sin madurar.
Me gusta su olor. No tiene ese olor de lejía brava que me desata las alergias a los olores de productos de limpieza. De hecho, empecé a comprarla por recomendación de mi madre. Mi progenitora sabe de mis alergias y me dijo que esta Deterlejía marca Carrefour seguramente se me hacía menos agresiva. Así es. La estoy usando para desinfectar los baños, sobre todo el cuarto de baño de los invitados. Esta temporada no hay gente no conviviente en casa, pero parece que me han dejado su olor en mi tercer cuarto de baño. De ahí que la lejía sea muy necesaria.
Mi marido, en cambio, se queja siempre del olor a limón de esta lejía. Me pide que no la utilice para limpiar los suelos de los baños. Teme intoxicarse con un olor a limón de laboratorio. Lo único que puede intoxicarnos es el bichito que anda volando por todo el mundo sin que nadie consiga ponerle freno a sus contagios. La Deterlejía Limón Carrefour seguirá comprándose para limpiar los suelos de mi casa. Un chorrito en el agua de la fregona hace milagros contra el coronavirus que puede venir en los zapatos de la calle.
Os la recomiendo. Esta lejía sólo la puedes comprar en los hipermercados Carrefour. La tienen en la sección de productos de limpieza. A mí me encanta. Me gusta hasta el envase, una botella de plástico con una asa que se deja sujetar bien con la mano. Lo que le cambiaría es el tapón azul. Queda como un pegote en una botella de color verde pistacho apagado, con la etiqueta en verde césped.
Me costó esta botella de dos litros 0,80 euros. Te sale el litro de lejía a 40 céntimos. Tiene una relación calidad precio excelente. Poco más barata resulta la lejía sola. Tienes que tener en cuenta que esta lejía viene con detergente y con un aroma a limón muy parecido al olor a limón de árbol.