Un hotel restaurante en una torre medieval
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Scarlett2000
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Acerca de:Hotel Torre de Artziniega [Arceniega]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
A mi marido le encantan los pueblos del País Vasco. Una de las localidades favoritas de mi esposo es Artziniega, una ciudad tranquila, pequeña y señorial. Tuvimos la suerte de alojarnos en una de nuestras estancias en Álava en la Torre de Artziniega, un hotel-restaurante. Antiguamente esta torre perteneció a la familia Ortiz del Molinillo-Velasco. Es una torre austera, con cuatro alturas y un tejado del que sobresalen aleros, dando sombra a la parte superior.
Lo mejor de este hotel-restaurante son sus vistas. A nosotros nos dieron una habitación desde la que divisábamos el casco antiguo de Aztziniega. Era una habitación decorada con elegancia, igual que las restantes habitaciones que se reparten en tres plantas. Las hay con vistas a la peña del Ahorcado. Otras, como la nuestra, tienen preciosas vistas a los tejados de las casas vecinas, las famosas casas blasonadas que fuimos a ver en una caminata por los alrededores.
No llevamos a las niñas en este viaje. No era un viaje muy de su gusto. Mis hijas son más de sol y playa. La tranquilidad del Norte pronto las cansa. Fueron unas vacaciones de pareja que nos sirvieron para enamorarnos más el uno del otro. Yo me sentí como una duquesa en su torre. Las troneras reforzadas, los pavimentos ensolados de gres, un ático con vigas de madera bien conservadas. Lo que no me gustó fue que el bar estuviera unido a la recepción. Arrastrar las maletas entre las mesas y la barra era llamar la atención de los huéspedes que estaban tomando el café. Me sentí protagonista de un Gran Hermano en directo. Afortunadamente, sólo había que pasar con las maletas dos veces: una a la llegada y otra cuando marchabas.
Os recomiendo este hotel-restaurante. Tienen unas habitaciones coquetas, silenciosas, con todas las comodidades. El hotel está muy limpio. Del trato recibido no tengo queja. Fueron muy amables. Algún camarero del bar nos hizo alguna sugerencia muy acertada a la hora de hacer turismo por la zona.
Fuimos en coche a ver el Valle de Ayala. Es precioso. Está a sólo cinco kilómetros del hotel. Nosotros habíamos venido de Vitoria, por Amurrio. No teníamos ganas de hacer mucho viaje en coche. Por eso, conocido el Valle de Ayala, el resto de turismo lo hicimos a pie. Fuimos a ver las casas blasonadas de Artziniega, visitamos el Museo Etnográfico y adelgacé la cartera de mi esposo en el animado mercado que hay en la Casa Catum.
Lo mejor de este hotel-restaurante son sus vistas. A nosotros nos dieron una habitación desde la que divisábamos el casco antiguo de Aztziniega. Era una habitación decorada con elegancia, igual que las restantes habitaciones que se reparten en tres plantas. Las hay con vistas a la peña del Ahorcado. Otras, como la nuestra, tienen preciosas vistas a los tejados de las casas vecinas, las famosas casas blasonadas que fuimos a ver en una caminata por los alrededores.
No llevamos a las niñas en este viaje. No era un viaje muy de su gusto. Mis hijas son más de sol y playa. La tranquilidad del Norte pronto las cansa. Fueron unas vacaciones de pareja que nos sirvieron para enamorarnos más el uno del otro. Yo me sentí como una duquesa en su torre. Las troneras reforzadas, los pavimentos ensolados de gres, un ático con vigas de madera bien conservadas. Lo que no me gustó fue que el bar estuviera unido a la recepción. Arrastrar las maletas entre las mesas y la barra era llamar la atención de los huéspedes que estaban tomando el café. Me sentí protagonista de un Gran Hermano en directo. Afortunadamente, sólo había que pasar con las maletas dos veces: una a la llegada y otra cuando marchabas.
Os recomiendo este hotel-restaurante. Tienen unas habitaciones coquetas, silenciosas, con todas las comodidades. El hotel está muy limpio. Del trato recibido no tengo queja. Fueron muy amables. Algún camarero del bar nos hizo alguna sugerencia muy acertada a la hora de hacer turismo por la zona.
Fuimos en coche a ver el Valle de Ayala. Es precioso. Está a sólo cinco kilómetros del hotel. Nosotros habíamos venido de Vitoria, por Amurrio. No teníamos ganas de hacer mucho viaje en coche. Por eso, conocido el Valle de Ayala, el resto de turismo lo hicimos a pie. Fuimos a ver las casas blasonadas de Artziniega, visitamos el Museo Etnográfico y adelgacé la cartera de mi esposo en el animado mercado que hay en la Casa Catum.
Fecha:15:04:47 03/11/20
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
Etiquetas:hoteles, alojamiento, Euskadi, torres, Álava
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