Las campañas de las ONGs se están actualizando. Mérito de los publicistas. Intentan que los pobres del Tercer Mundo no nos den tanta pena porque tienen futuro si nosotros nos hacemos socios de la ONG en cuestión. Pero les falta contentar al socio.
Mi hermana lo está comprobando desde que se hizo socia de UNICEF. Miró los anuncios de portodosmiscompañeros.es y se volvió loca. Ella podía hacer mucho por niños como el niño de diez años con cara triste y rasgos europeos. A aquel niño le ponía mi hermana una sonrisa donando 20 euros al mes. No sé si aguantará más de un año como socia de dar y no recibir nada. El mes pasado fue su cumpleaños y los de UNICEF se olvidaron de enviarle un e-mail felicitándola. Un simple detalle como ese hubiera animado a mi hermana y a otros socios a seguir contribuyendo con sus euros al bienestar de la infancia del Tercer Mundo.
Nadie duda que UNICEF hace que las cosas sucedan. Tampoco dudamos que trabajan para que todos los niños y niñas tengan los mismos derechos. Lo suyo no es un juego de niños. Algo de lo que das como socia seguro que les llega a los niños en los países pobres e, incluso, en nuestro país. En España también hay niños que pasan hambre como consecuencia de la crisis del coronavirus. Nosotros mismos estamos comiendo menos porque hay que ahorrar, no se puede gastar alegremente dinero en comida que se acaba tirando. Ahora compramos lo que se come y se come lo que se necesita para alimentarte; no por golosía.
Pese a todo os recomiendo haceros socios y socias de UNICEF. Muchos niños y niñas comen y se visten gracias a ellos. Me pregunto si el niño que aparece en la campaña de Por mí y por todos mis compañeros es un niño pobre o es un niño actor caracterizado como niño pobre. Tiene una mirada tristona que te vienen ganas de abrazarlo.