Descifrando el Vaticano de Juan Vicente Boo es un libro que no busca el escándalo sino la loa. Quien lo compre pensando que se va a enterar de supuestos hechos escandalosos, ha tirado con su dinero. El autor nos dice que en el Vaticano se aprenden muchas cosas positivas. Se ve que no le interesa criticar lo negativo. Lo entiendo. Una persona tan católica como el autor sólo busca cosas buenas dentro de las fronteras vaticanas.
Juan Vicente habla en su libro bien de todos los Papas de Roma. Se le nota un cariño especial por Juan Pablo II, el Papa que hizo una visita fascinante en el año 1982 a España. Era, nos dice, el Papa de la esperanza. Juan Pablo II viajó a 120 países. Se convirtió, gracias a sus viajes, en el Papa del mundo. En cambio, Francisco se ha convertido en el Papa de todas las religiones. Es un Papa que busca la paz hasta con los chiitas.
No comparto muchas de las opiniones del autor sobre el Papa Francisco. Lo que sí comparto es su opinión sobre los jardines del Vaticano. Son unos jardines preciosos donde reinan el silencio y la paz. Los árboles proceden en su mayoría de las semillas que trajeron los misioneros. Esto nos permite ver todo tipo de árboles, muchos de ellos exóticos.
Nos recuerda, don Juan Vicente, que el Papa Juan Pablo II ordenó construir una piscina. Fue muy criticado por ello, pero Juan Pablo II estaba convencido de que el estado físico tenia mucho que ver con el estado mental. Por eso hacía tanto ejercicio, incluidos deportes como la natación. Juan Pablo II nadaba cuando no podía ir a la montaña. Era un Papa deportista. También era generoso con los que lo rodeaban: en verano dejaba que los trabajadores del Vaticano y sus hijos usaran su piscina.
El Papa Francisco no está interesado en la piscina de Juan Pablo II. Le interesa más la desclasificación de papeles. En la Biblioteca Vaticana siguen apareciendo documentos. Hay tanto papel metido allí dentro que no saben lo que tienen. Ahora hay medios para descifrar los textos escritos por debajo de otros. Hace siglos parece que el papel les escaseaban. Borraban y escribían encima. Estos papeles están en lo que ahora se llama Archivo Vaticano y anteriormente conocía todo el mundo como Archivo Secreto.
No os recomiendo el libro ni os lo dejo de recomendar. Me parece más adecuado para un regalo que para un autoregalo. Descifrando el Vaticano es un libro perfecto para regalar a un católico o católica poco rebelde. Leerá lo que quiere leer: todos son buenos en Roma. Yo no creo que los Papas sean tan perfectos como cree el autor.