La Posada Sierra de Ibio en Sierra de Ibio, Cantabria, es un lugar ideal para pasar un fin de semana mientras no se pueda viajar mucho por culpa de la pandemia. Nosotros estuvimos allí hace dos domingos. Fue un acierto. Pudimos desconectar del mundanal ruido en un entorno tranquilo en medio de la naturaleza.
La casa es antigua. La tienen bastante más cuidada en su interior que en su exterior. Su fachada te hace temer un interior descuidado. No es el caso. Las habitaciones están impolutas y las estancias comunes son acogedoras. Nos dieron un par de habitaciones muy parecidas. La de las niñas era más pequeña, con vistas a unas montañas llenas de vegetación silvestre. La nuestra tenía vistas al cuidado jardín, donde una piscina recordaba que era posible darse un chapuzón en otras condiciones meteorológicas. Hacía frío, pero dentro estaba todo muy bien caldeado.
Os recomiendo la Posada Sierra de Ibio para pasar unos días tranquilos. Creo que tienen todo ocupado. Nosotros hicimos la reserva con varias semanas de antelación. El turismo rural está de moda.
La decoración de la casa es totalmente rústica. Me gustó. Te sientes como en la casa de una abuela, con la ventaja de que en este alojamiento rural en Cantabria te lo dan todo hecho. Es un pequeño hotel rural ubicado en un paraje solitario. Afortunadamente, no echas de menos las comodidades de tu casa. Tienen una conexión wi fi muy buena.
También son muy buenos sus desayunos. Nunca olvidaré el pan recién horneado y la bollería de panadería. Los zumos eran naturales. Tampoco faltaba la fruta. Yo apenas comí el resto del día. Estoy haciendo como mi suegra: paso por el buffet de desayuno y pongo hasta las cejas. Debe ser cosa de la edad. Mi marido desayunó menos. Así pudo disfrutar más de la comida del mediodía y de la cena. Le encanta la gastronomía de Cantabria. Para mí es bastante fuerte. Si me hubiera atrevido con el cocido que se comió mi santo, no sé qué sería de mi estómago. Yo soy más de comidas ligeras.