El pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago es el mismo pórtico de la Gloria de toda la vida. La diferencia está en el color que le ha salido de tanto andar frotando en la piedra. Por esta diferencia te cobran una entrada para verlo que nunca habían cobrado.
Mi marido quiere volver a ir a verlo ahora que van a volver a admitir visitas. Pagará él las entradas. Yo no doy un euro para ver lo que vi desde niña gratis. En todo caso, recomiendo ir a ver esta obra cumbre del románico en Europa, realizada por el maestro Mateo. Desde el año 2018 se pueden ver con las policromías. Les llevó diez años de minucioso trabajo sacarlas a la luz.
No sé cuánto tiempo le durará la pintura a las estatuas que talló en piedra el maestro Mateo. La humedad hace estragos en la catedral. Pudimos ver en nuestra visita que habían instalado dos deshumificadores que quedaban como dos pegotes. La colocación de una estructura de madera en la parte posterior separaba en nártex de la nave occidental, creando así un espacio estanco con el fin de mantener un control ambiental.
Os recomiendo ir a verlo, sobre todo si nunca lo habéis visto. Fernando II de León fue el rey que pagó la obra. Les llevó varios años hacerlo. Por supuesto, no fue el maestro Mateo el único que se puso con el cincel y el martillo a hacer las figuras de los apóstoles. Tenía un grupo de trabajadores que lo ayudaban. Lo terminaron el año 1188, tal como pusieron en una piedra. Nunca sabremos como era el pórtico original. Le quitaron estatuas cuando el el Barroco le construyeron la fachada por delante. Las catedrales evolucionan. La restauración del pórtico es una evolución más. Se les dio por buscarles los colores a las figuras de piedra y se los buscaron. Repito que me parecen unos pegotes los deshumificadores que han puesto para que la humedad no acabe con los coloretes de los apóstoles de piedra.