Rosario Villajos es una escritora que no te deja indiferente. Lo vuelve a demostrar en su última novela. La muela nos cuenta las peripecias de una treintañera que llega a Londres buscando trabajo. Es una novela sobre la soledad, una soledad en Londres que experimentó la autora cuando llegó a la capital británica buscando un empleo digno, igual que la protagonista de su novela.
También es una novela sobre la crisis de los treinta. La protagonista se siente fea a raíz de la pérdida de una muela. Siente que tiene que hacerse un arreglo en la boca pronto. Su hermana odontóloga se lo ha ofrecido. Lo va posponiendo. La vida se le complica tanto como se le ha complicado la sonrisa con el hueco que le dejó la muela.
Los siete años que vivió Rosario en Londres le dejaron huella. Lo notas leyendo la novela. Rosario escribe con rencor. Le salen ramalazos de humor, pero predominan en todos los capítulos de la novela la amargura. Rebeca, la protagonista de la novela, se va de España cuando muere su padre. En Londres encuentra trabajo y un novio. Parece que tiene la vida encaminada. ¿Llegaremos a un final feliz? te preguntas. Parece que de momento no es posible: a su novio se le cruza en el camino otra mujer. Rebeca se queda sin novio. Su chico la ha dejado por otra mujer más desenvuelta, más preocupada por sus arrugas y más consumidora de cremas y productos de belleza que ella. Suele pasar. Topicazo puro.
Vamos conociendo más cositas de Rebeca según avanzamos en la lectura del libro. Nos cuenta que a Rebeca no le gusta leer. Rebeca se va muy tarde a Londres, se va por necesidad. Las ideas de la autora van plasmándose párrafo a párrafo. Considera que salir de la zona de confort no es siempre fantástico. La autora escribe frases en cursiva distanciándose del personaje. Eso le da vidilla a un libro que notas que ha sido escrito con muchas dudas. Alterna la primera persona con una tercera persona que quiere ser primera persona.
Os lo recomiendo pese a todo. Rosario puede escribir mejor si quiere. Esta novela suya pasará sin pena ni gloria. Tal vez debería sacarle partido a ese resentimiento suyo con el mundo mundial. No hay escritores que salgan de lo políticamente correcto. Una mujer contraria a la resiliencia y que considera que treinta años son muchos años para iniciar una aventura en Londres seguro que se abre camino en la literatura de los libros más vendidos de El Corte Inglés.