Bill Gates, reset de Carlos Astiz es un libro que gustará a los que vean al millonario norteamericano como una especie de diablo moderno. Es así como nos lo describe el autor. Bill Gates hace inversiones en medios de comunicación para comprar periodistas. Concede becas a esos periodistas que acaban eliminando informaciones negativas sobre su persona.
Esta ese hombre archimillonario haciendo un proceso de reorganización social con otros compañeros de ideas. Los grandes magnates, nos dice el autor del libro, quieren otra sociedad para aumentar sus beneficios y su poder. Proyectan una sociedad caracterizada por la reducción de la población y la desaparición de las naciones que tienen soberanía popular.
El libro explica una teoría conspiratoria que casi te engancha. Bill Gates tiene cara de malo malísimo. Cae mal por ser tan rico. Informaciones sobre su financiación de abortos, anticonceptivos y eutanasias están en los medios de comunicación. Se ve que todavía no tiene a toda la prensa comprada por mucho que el autor esté convencido de lo contrario. También ves que las naciones clásicas están desapareciendo. El odio y el miedo van poniéndose en las caras de muchos de sus habitantes. La comodidad es una característica de las sociedades occidentales. Por eso no nos inmutamos cuando en nuestros países se va introduciendo una organización paralela por parte de las multinacionales propiedad de Bill Gates y sus amigos millonarios.
No se olvida el autor de las vacunas. Nos recuerda que Bill Gates invierte en vacunas y en laboratorios. Cuantas más vacunas se ponen más dinero gana. Parece que está condenado a ser millonario. Nunca dará en quiebra.
Os recomiendo el libro. Yo me horroricé cuando el autor del mismo afirmaba que Bill Gates tiene un proyecto para reducir el número de individuos libres. La robotización implica prescindir de millones de trabajadores. Es decir, no seremos libres y estaremos sin trabajo. Mal futuro nos pinta este libro. No puede ser más pesimista. Carlos Astiz debería hacérselo mirar. ¿No estará odiando demasiado a Bill Gates? Las obsesiones con los personajes no son buenas.