Una cerveza que gusta mucho en mi casa es la Cerveza Alemana Paulaner. Mi marido cualquier día se emborracha con ella. Si no llega al nivel de borrachera es porque sabe que le costaría un divorcio. No aguanto ese tipo de excesos. Mi suegra es otra consumidora habitual de esta cerveza de sabor suave y afrutado.
Es sabrosa. Lo reconozco. La notas efervescente, frutal, suave, con un olor a levadura discreto. La tienes un poco en la boca y reconoces el plátano en un toque mínimo. Su color es naranja. Queda bonita cuando la sirves en una copa de cristal. Mi suegra siempre la toma en jarra.
Lo que más me gusta es que tiene muchas vitaminas. No la filtran durante el proceso de elaboración. Esto hace que conserve minerales, vitaminas y oligoelementos. La elaboran con levadura de alta fermentación. tiene 5,5º. No es de las cervezas que emborrachan mucho.
Os la recomiendo. Nosotros la compramos en botellas de 50 cl. Me cuesta cada botella 1,42 euros. La encuentras a vender en muchos supermercados. Yo la compré esta semana en un supermercado Gadis con un descuento de un 50% en la segunda unidad. Me vino bien el descuento. Las cervezas alemanas son más caras que las cervezas españolas. Esta cerveza Paulaner es inconfundible con su etiqueta con la cara de un señor con barba, estilo monje. En la etiqueta nos recuerdan que data del lejano año 1634. Casi nada. Bueno, no debería sorprendernos su año de invención porque la cerveza es una bebida que bebían los sumerios y que tuvo mucho éxito en el antiguo Egipto.