Mi marido buscaba un alojamiento rural en Galicia que me sorprendiera. Lo encontró en Cangas, en la provincia de Pontevedra. Se llama A Casa de Aldán. Es un pequeño hotel rural al que se puede llegar por carretera y también puedes acceder en barco. Esta característica lo hace único y muy exclusivo.
Una vez allí encuentras la felicidad. Todas son facilidades en una casa decorada con estilo de aldea. Nos ofrecieron un barquito para navegar. Mi marido aceptó sin preguntar mi opinión. Como habíamos llegado por carretera, quería tener la experiencia de salir a dar un paseo por los mares y volver al hotel en barco. El segundo día salimos en bicicleta a dar una vuelta por los alrededores. Las bicicletas eran del hotel.
Para comer elegimos el Restaurante Conde de Aldán, es decir, el restaurante del complejo hotelero. Me puse hasta arriba con los mejillones en escabeche de naranja. Estaban que te chupabas los dedos. Lo mismo puedo decir de las empanadas. Mi marido decía que eran empanadas que sabían a mar.
Nos dieron una habitación amplia, con bonitas vistas al mar. Teníamos wi fi gratis. La conexión a Internet es gratuita en todo el hotel. Una gran ventaja. Pudimos teletrabajar a la vez que hacíamos turismo por la zona. Fuimos a Bueu, a ver el Bosque Encantado, pero también pasamos mucho tiempo en el jardín. Me encanta tomar el sol sobre la hierba.
Las habitaciones son diferentes. Combinan el toque rural con el toque moderno en una decoración que no te deja indiferente. No se puede decir que sea estridente. Es distinta. También es practica. En nuestra habitación había una zona de estar separada por un tabique de madera. Esto daba intimidad. Podías teletrabajar en la salita mientras tu marido dormía en la zona de dormitorio.
Os recomiendo este hotelito rural de Cangas. A Casa de Aldán, enclavada en pleno puerto de Aldán, a tan solo 35 Kilómetros del aeropuerto de Vigo es perfecta para pasar unas vacaciones románticas con tu pareja en Galicia. Ha sido muy bien restaurada. La transformación dio como resultado un edificio de dos plantas que combina piedra e madera, y en el que con unas amplias cristaleras introdujeron en sus estancias la luz a raudales. Sus interiores son muy luminosos.