Cuando compramos el Abrebotellas ProLine Leifheit nos parecía algo caro. Nos costó 8,95 euros. Tenía muchas dudas, pero, como es bonito, acabó en la cesta y llegó a mi casa.
Es un abrebotellas de color acero. Se ve elegante, fino, chic. Muchas amigas y amigos nos han preguntado dónde lo hemos comprado. Primero les decimos el precio para desanimarlos. Desanima pagar por un abrebotellas casi nueve euros.
El Abrebotellas ProLine Leifheit tiene unas medidas de 2 (ancho) x 8,5 (largo) x 23,5 (alto) centímetros. Se deja sujetar bien, como dice mi suegra. Aparte de que se deje sujetar, resulta cómodo. Yo podría estar abriendo botellas varias horas seguidas con este abrebotellas sin cansarme. La forma ovalada de la empuñadura facilita su uso. Hay que felicitar a sus diseñadores por haber apostado por un diseño ergonómico. No se olvidaron tampoco de colocarle una anilla para poder colgarlo.
Este abrebotellas tiene 3 funciones: abrir botellas, perforar latas y abrir tapas a rosca. Las tres funciones las hace bien. Hay que darle un diez en su trabajo. También hay que darle un diez por lo bonito que es. Su elegante combinación de acero inoxidable y plástico negro lo convierte en un regalo ideal para estas Navidades. Quedas bien y no gastas mucho. Me parece un detalle bonito para no llegar con las manos vacías a esas reuniones familiares y de amigos que se avecinan.
Hay abrebotellas más baratos y también hay abrebotellas más caros. Mi marido quería comprar un sacacorchos por más de doce euros. Fue cuando eché mano, sin pensarlo dos veces, del Abrebotellas ProLine Leifheit. Los maridos enseguida se nos van a lo más caro cuando somos las esposas las que pagamos la factura.
Dejo su valoración en ocho por el precio. Le sobran tres euros. Aún así no descarto comprar unos cuantos para regalar en Navidad. Papá Noel y los Reyes Magos vendrán pobres por culpa de la inflación. La cuesta de enero se adelantará a diciembre.