Un parador en un palacio renacentista del siglo XVI
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Scarlett2000
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Acerca de:Parador [Pontevedra]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
El Parador de Pontevedra está en un palacio renacentista del siglo XVI. Es un resumen de mucha piedra, escalinatas interiores bonitas, decoración antigua y tejado de teja roja. Me pareció muy armonioso, pero algo frío. Mi marido decía que se sentía como en un arzobispado.
Su interior se ve lujoso. En la recepción me hablaron maravillas de las piezas decorativas. Tenían mucho valor, me dijeron. Fue una pena que no las vendieran. Tal vez les hubiera comprado algún mueble para mi casa. Tenían unas sillas de varios siglos en nuestra habitación que me parecieron interesantes para mi mesa del comedor. No pudo ser la transacción. Lamentable.
El comedor parecía estar esperando a unos duques. Cuando entrabas y veías aquellos espejos, no sabías si estabas en Versalles o estabas en Pontevedra. Mis hijas callaron. Respetaron con sus silencios aquella grandiosidad de cuadros y candelabros. Para comer y cenar nos quedamos allí. Mi marido quería salir a comer fuera. Le dije que ni hablar. A mí nadie me sacaba de un comedor elegante. Fue un acierto: nos sirvieron unos platos de pescados, mariscos y carnes que nos hicieron olvidar las ganas de mantener la línea. Decidimos comer olvidándonos de la factura de la báscula.
Fue una pena que no hiciera buen tiempo. La lluvia nos impidió disfrutar el comedor de verano. Lo instalan en una terraza-jardín fabulosa. Será en otra ocasión. A este parador volvemos seguro. Me gustan los interiores elegantes.
En el Parador de Pontevedra no permiten mascotas. Vimos una señora muy alterada porque había llegado con un perrito sin avisar. La gente debería informarse antes de viajar con animales de compañía. Este parador está muy limpio. Lo tienen muy bien cuidado.
Nosotros apenas salimos. Sólo hicimos un viaje de 18 kilómetros ida y 18 kilómetros vuelta hasta Sanxenxo. Queríamos codearnos con la clase alta de Galicia. Sanxenxo es la Marbella de los gallegos.
Os recomiendo el Parador de Pontevedra. Es uno de los paradores con interiores más elegantes que hay en esta España nuestra. Los paradores nos ofrecen alojamientos en edificios que enamoran. El edificio del Parador de Pontevedra enamora más por dentro que por fuera. Por fuera parece una casa con un piso añadido a mayores. Se ve que en su día les quedaba pequeño el edificio a sus dueños. Acabó quedándoles tan grande a los nuevos dueños que lo cedieron a la Red de Paradores Nacionales. Estas casas tan grandes tienen un mantenimiento muy caro. Hay que alquilar habitaciones a huéspedes dispuestos a pagar por dormir en estancias donde durmieron los ricos del pasado.
Su interior se ve lujoso. En la recepción me hablaron maravillas de las piezas decorativas. Tenían mucho valor, me dijeron. Fue una pena que no las vendieran. Tal vez les hubiera comprado algún mueble para mi casa. Tenían unas sillas de varios siglos en nuestra habitación que me parecieron interesantes para mi mesa del comedor. No pudo ser la transacción. Lamentable.
El comedor parecía estar esperando a unos duques. Cuando entrabas y veías aquellos espejos, no sabías si estabas en Versalles o estabas en Pontevedra. Mis hijas callaron. Respetaron con sus silencios aquella grandiosidad de cuadros y candelabros. Para comer y cenar nos quedamos allí. Mi marido quería salir a comer fuera. Le dije que ni hablar. A mí nadie me sacaba de un comedor elegante. Fue un acierto: nos sirvieron unos platos de pescados, mariscos y carnes que nos hicieron olvidar las ganas de mantener la línea. Decidimos comer olvidándonos de la factura de la báscula.
Fue una pena que no hiciera buen tiempo. La lluvia nos impidió disfrutar el comedor de verano. Lo instalan en una terraza-jardín fabulosa. Será en otra ocasión. A este parador volvemos seguro. Me gustan los interiores elegantes.
En el Parador de Pontevedra no permiten mascotas. Vimos una señora muy alterada porque había llegado con un perrito sin avisar. La gente debería informarse antes de viajar con animales de compañía. Este parador está muy limpio. Lo tienen muy bien cuidado.
Nosotros apenas salimos. Sólo hicimos un viaje de 18 kilómetros ida y 18 kilómetros vuelta hasta Sanxenxo. Queríamos codearnos con la clase alta de Galicia. Sanxenxo es la Marbella de los gallegos.
Os recomiendo el Parador de Pontevedra. Es uno de los paradores con interiores más elegantes que hay en esta España nuestra. Los paradores nos ofrecen alojamientos en edificios que enamoran. El edificio del Parador de Pontevedra enamora más por dentro que por fuera. Por fuera parece una casa con un piso añadido a mayores. Se ve que en su día les quedaba pequeño el edificio a sus dueños. Acabó quedándoles tan grande a los nuevos dueños que lo cedieron a la Red de Paradores Nacionales. Estas casas tan grandes tienen un mantenimiento muy caro. Hay que alquilar habitaciones a huéspedes dispuestos a pagar por dormir en estancias donde durmieron los ricos del pasado.
Fecha:15:21:53 02/03/22
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
Etiquetas:hoteles, alojamiento, paradores, Galicia, Pontevedra
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