Atienza es uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Guadalajara. Es un pueblo que conserva todo su encanto medieval. Por sus calles parece que no pasó el tiempo.
No ves a gente con prisa. En Atienza la calma es protagonista. Parece que viven a un ritmo distinto. Toda es tranquilidad.
Nosotros fuimos a este pueblo con motivo de una boda de unos amigos. Lo pasamos muy bien. El padre de nuestros amigo nos contó lo mejor que había pasado en Atienza: el rodaje de Las Troyanas. Corría el año 1970.
El director griego Michael Cacoyannis eligió Atienza y eligió también una actriz mítica, la fabulosa Katharine Hepburn. Muchos vecinos recuerdan aquellos tres meses de rodaje.
Mi marido quiso hacer fotos frente al arco Arrebatacapas, en el mismo sitio donde la famosa Hepburn y el director de origen griego se fotografiaron para la eternidad. Es un arco que forma parte de la primera línea de muralla.
Nos llamó la atención que Atienza tuviera dos murallas. Fue, en su día, una ciudad muy bien protegida. Las dos líneas de murallas se adaptaban al cerro dejándolo totalmente protegido ante los posibles asaltantes.
Atienza tiene mucha historia. El Cid Campeador estuvo en esta ciudad medieval cuando iba camino del desierto. Cuentas las crónicas que le encantó Atienza. La veía una ciudad muy bien protegida con tanta piedra a su alrededor.
No falta un castillo en Atienza. Me pareció fabuloso. Si hubiera vivido en la Edad Media, hubiera pedido un castillo como solución habitacional. El Castillo de Atienza está en lo alto. Sus moradores veían llegar a los invasores desde lejos.
El castillo fue nuestra primera parada en nuestro recorrido turístico. Seguimos andando y encontramos la iglesia de Santa María del Rey. Hay muchas iglesias en Aienza, y más que hubo. En sus buenos tiempos medievales tenía catorce iglesias.
Mi marido insistió en hacer el recorrido de las iglesias. Yo creo que echaba de menos a su madre. Es mi suegra la que siempre quiere ir de iglesias. Accedí a los deseos de mi esposo y nuestros pies nos llevaron hasta la iglesia-museo de San Gil.
En San Gil me entretuve mucho mirando la colección de arte sacro de los viejos templos medievales. Mis hijas se hartaron de preguntarnos qué era lo que veían. Dejé que mi marido hiciera de guía turística. A mis niñas les encantan las explicaciones de su padre.
Tras salir de la iglesia-museo, fuimos a pasear por las callejuelas del casco viejo. Encontramos algún bar con encanto para tomar unos refrescos acompañados de unas tapas. Rica gastronomía castellana. En la plaza de España y del Trigo, descubrimos casas señoriales blasonadas. Los ricos siempre tuvieron buenas casas.
Os recomiendo Atienza en Guadalajara. No debes perderte su casco histórico. Recorrer sus calles es como regresar a la Edad Media. Atienza sigue siendo una bonita ciudad medieval.