El conjunto histórico de Sargadelos se trata de un complejo industrial de finales del siglo XVIII. Su fundador fue Antonio Raimundo Ibáñez, el marqués de Sargadelos. Empezaron con una industria siderúrgica y acabaron con una fábrica de cerámica.
Los bosques que lo rodean tienen suelos ricos en caolín. Tenían la materia prima in situ. Para sacar la mercancía estaba el mar cerca.
Yo fui con mi familia a ver el complejo. Lo han recuperado instalando allí el Centro de Emprendemento e Artesanía. Pudimos ver como restauraron las viejas caballerizas.
También rehabilitaron la antigua nave de fundición. Lo que no restauraron fueron los altos hornos. Da pena ver las ruinas. La casa de la administración está ídem de ídem: tirada según ha caído.
Fuimos andando por lo que en su día fue el camiño real, un camino que unía las Reales Fábricas con el puerto de San Cibrao. Lo construyeron en 1849. Vuelvo a decir que apena a una que no se haya mantenido todo funcionando a día de hoy.
Os recomiendo visitar el conjunto histórico de Sargadelos. Nada tiene que ver con la factoría actual que está a pocos kilómetros. Nos acercamos a verla. Mi hija mayor quería visitar su museo histórico. Pudimos ver la casa que ocupó el intelectual Díaz Pardo, un artista coetáneo a Castelao.
Este complejo industrial, hoy en ruinas, fue un ejemplo de prosperidad en su día. Lo tenían bien montado. A pocos metros sacaban hierro, caolín, cuarzo y pedernales, las materias primas que necesitaban para su proceso de fabricación.
El marqués de Sargadelos era un hombre listo. Lástima que los que lo siguieron en vez de mantener la industria en pie la hayan dejado a ruinas entre helechos y matorrales.
En la actualidad le sacan rendimiento con los turistas. Para algo declararon las fábricas conjunto histórico artístico en 1972. La tranquilidad de la zona y la belleza de los bosques invitan a pasear. Se respira aire puro.