Los hoteles británicos dejan bastante que desear. Comprados con los españoles, no están a la altura. Por eso le suelo dejar a mi esposo la tarea de elegir hotel en nuestros viajes en el Reino Unido. El Comfort Inn & Suites hotel de Cambridge fue una de sus mejores elecciones entre lo mediocre.
Es un hotel que goza de una excelente ubicación, a solo 4,8 kilómetros del Chesapeake College. Pudimos hacer turismo de naturaleza por los alrededores. Quedan cerca lugares de interés como el refugio nacional de vida salvaje de Blackwater, el Museo Marítimo Brannock, el Museo Marítimo Richardson, el parque Sailwinds y la zona tradicional de Nathan Bay.
Los visitamos todos en unas visitas rápidas, aprovechando que estábamos en pareja. Sin niñas siempre vas más rápida a todos los sitos y tienes tiempo para hacer más cosas.
Nathan Bay fue construida para preservar el patrimonio náutico del condado de Dorchester. Mi marido consiguió que unos ingleses se prestaran a hacernos de fotógrafos. Salimos divinos en las fotos de aquel paraje.
Con tanto cansancio del senderismo que hicimos por la zona, encontré la cama de mi habitación fantástica. Casi me sentí como en mi casa. El colchón era blando. También era viejo.
Tanto las habitaciones como las suites tienen de todo: microondas, nevera, cafetera, secador de pelo, barras de sujeción en la ducha, escritorio, plancha, tabla de planchar y televisión por cable. Nos vino bien el microondas. Pudimos ahorrar mucho comprando platos refrigerados que calentábamos en el horno microondas. También prescindimos del servicio de planchado. A mí me encanta planchar.
Nuestra habitación era de no fumadores. Tienes que pedirla. Si no les dices nada, te meten en una habitación que huele a pitillos ingleses.
Teníamos un sofá cama, que mi marido utilizó para echar la siesta mientras yo salía de compras, procurando no gastar mucho. Me estoy volviendo una mujer responsable.
Me gustó el desayuno gratuito. Había unos gofres calientes que enamoraron mi paladar. No era lo único gratuito: la conexión wi fi también era gratis, igual que las llamadas locales, el gimnasio y la piscina cubierta climatizada.
Mi marido estaba en Cambridge por negocios. Nada nuevo bajo el sol. Por eso viajamos sin las niñas. Mi marido quedó muy contento con las salas de reuniones del hotel, donde se celebró un seminario del que mi santo era ponente.
Os recomiendo el Comfort Inn & Suites hotel de Cambridge, un hotel sencillo, con unos empleados muy atentos con el visitante. Admite mascotas, algo habitual en los establecimientos hoteleros ingleses.