Me gustan los hoteles con terraza. Por eso elegimos el Esqina Cosmopolitan Lodge de Lisboa para pasar unos días en la capital portuguesa. Es un tres estrellas discreto en todo menos en el precio. Nos salió un poquito caro el viaje romántico. Me consolé pensando en que estaba en el centro de Lisboa y que tenía todo a mano.
El hotel se ubica en un edificio histórico, con la fachada bien pintada y los interiores desacordes con la antigüedad del inmueble. Cuando entras, decepciona una decoración más de piso proletario que de establecimiento hotelero en edificio del siglo XIX.
Una de las ventajas de este hotel de Lisboa es contar con habitaciones sin humo. Los no fumadores y no fumadoras lo agradecemos. Resulta molesto dormir en un cuarto con restos de olores de tabaco de huéspedes anteriores.
Otra ventaja es la wi fi gratuita. Te puedes conectar gratis a la Red de Redes en todo el establecimiento hotelero. La conexión en nuestra habitación era muy buena.
La tercera ventaja que destacaría es la tetera que te dejan en la habitación. Te permite preparar café e infusiones tú misma. Evitas el gasto de las cafeterías. En Lisboa el café es cada día más caro.
1,2 km de la plaza de Rossio, y tiene terraza y vistas a la ciudad. El establecimiento se halla a 2,8 km del mercado de la Ribeira y de la plaza del Comercio. El estadio de fútbol Da Luz queda a 8 km. Hay recepción 24 horas, cajero automático, servicio de enlace con el aeropuerto y WiFi gratuita en todas las zonas.
Las habitaciones del hotel están equipadas con hervidor de agua. Todos los alojamientos del Esqina Cosmopolitan Lodge disponen de TV de pantalla plana, aire acondicionado y baño privado con ducha y albornoces. Algunas habitaciones tienen zona de estar. Cada habitación incluye toallas y ropa de cama.
El Esqina Cosmopolitan Lodge sirve un desayuno a la carta cada día.
La cuarta ventaja es la ubicación.Hay varios lugares de interés turístico cerca del hotel: el Teatro Nacional Dona María II, el castillo de San Jorge y el mirador de la Senhora do Monte. Me quedé con ganas de ir al teatro. Echamos cuentas y salíamos de presupuesto. A donde sí fuimos fue al mirador y al castillo.
Nuestra habitación estaba bien insonorizada. Tenía unas vistas al río preciosas. Dormimos mejor que en casa. Pero, despertar por la mañana en un cuarto con pareces pintadas de color azul estudiante, no era muy romántico. Las cortinas dejaban pasar la luz a raudales.
El romanticismo lo pusimos nosotros. Asomarte al balcón con vistas al río, te ponía sensible al amor. Los balcones son muy románticos.
Os recomiendo el Esqina Cosmopolitan Lodge en Lisboa. No es un hotel lujoso, pero su ubicación compensa las desventajas. Insisto en que me parece que hay un exceso de color azul en su decoración. Hasta el cuarto de baño tenía los azulejos azules. Mi marido decía que estábamos en la casa de papá Pitufo. No le faltaba razón. Yo me sentía casi la Pitufina entre tanta pared azul.
No todas las habitaciones eran azules. Me comentó la chica de recepción que había habitaciones pintadas de color cremoso. Si nos alojamos otra vez en este hotel de Lisboa, me pido la habitación de color cremita fijo.