El país de la grieta de Silfra
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Scarlett2000
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Acerca de:Islandia
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
Islandia es un país que no te deja indiferente. El frío te hiela hasta el aliento. Mi marido lo disfrutó mucho más que yo en nuestro viaje a este destino que tardará en volver a estar en nuestras agendas. No me quedaron muchas ganas de volver.
Fuimos porque Islandia es un país que está de moda. Cada día hay más turistas en esta isla tan helada como el Polo Norte. Ves nieve por todas partes. Mi santo quería escalar un glaciar. Le dije que no contara conmigo para tal hazaña.
Accedí a visitar los túneles del segundo glaciar de Islandia. Fue una experiencia interesante. Bajo el frío hielo del Langjökull tienen un laberinto de túneles por los que se puede andar. Es totalmente seguro. Solo tienes que llevar un calzado adecuado para no resbalar.
Me cansé de ver glaciares. En Islandia los glaciares cubren cerca del doce por ciento del territorio. El que más me impresionó fue el glaciar Langjökull. Los riachuelos se abrían paso bajo su corteza congelada. Lo puedes ver cuando entras en el túnel que recorre su interior.
Para llegar hasta allí puedes ir motonieve o a bordo de un camión 8x8 que fue de la OTAN cuando tenía base en la isla. Elegí ir en camión antes de que mi santo se apuntara y me apuntara a la motonieve. En el camión ibas calentita. Le habían puesto un autobús encima. Me gustó el reciclaje.
Pronto dejamos atrás el poblado de Húsafell. Tras casi una hora sin rastro humano llegamos a una explanada. Me defraudó un poco in situ porque no era tan alto como yo pensaba. Apenas alcanza los 1300 metros.
Mi marido empezó a decir que se sentía en una nube. Yo me sentí delante de una montaña nevada que era toda nieve. No había que exagerar. Pero pronto empezó a enamorarme aquella maravilla de la naturaleza. Era consciente de que estaba viviendo una experiencia única.
La experiencia fue total cuando entramos en el laberinto de túneles con el guía. No te dejan entrar sola. Tienen miedo de que se les pierdan los turistas en el laberinto.
En Islandia no solo visitamos glaciares. Viajamos también a Husavik a probar suerte con el avistamiento de ballenas. Vimos unas cuantas. Yo esperaba ver más porque estábamos en uno de los mejores lugares de Europa para dar con ellas. Debía ser que el cambio climático las está afectando y fueron a menos.
También vivimos la experiencia de subir a lomos de un caballo islandés. Yo que no soy nada de montar a equinos, no pude negarme a subir a una especie de pony nórdico bien domesticado. Mi marido no se lo creía. Le hice sacarme miles de fotos para mi Instagram. Me llovieron los likes. No suele verse a una guapa influencer a lomos de un caballito originario de las tierras de hielo y fuego.
Estos paseos a caballo los hicimos en la región de Hella, en la costa sur. Hay varias empresas que ofrecen la experiencia. Los que se apuntan al paseo suelen ser turistas.
Los islandeses son más de bucear. Fuimos a ver como se tiraban al mar con sus buzos de buceo. Mi marido quería bucear entre dos continentes, pero lo echó para atrás el frío. Agradecí al Altísimo las bajísimas temperaturas. Bucear siempre me dio más miedo que los caballos.
Pero no descarto que mi esposo viva esta experiencia que le hace tanta ilusión. Hemos planeado regresar a este país helado este verano. Con las buenas temperaturas le permitiré a mi santo cumplir su sueño. Islandia es el único lugar del mundo en el que puedes zambullirte entre las paredes de las placas tectónicas que separan Europa de América. Por eso comprendo que a mi marido le haga ilusión el chapuzón hacia las profundidades.
Dejaré, pues, que baje por la llamada grieta de Silfra. Yo quedaré en tierra casi rezando. Mi santo me prometió que será sólo un ratito y me pidió que no le diga nada a su madre porque a mi suegra le da más miedo que a mí el buceo.
En todo caso, este deporte marítimo en Islandia es muy seguro. Hay varias agencias que organizan esta actividad. Unos amigos que se hospedaban en nuestro hotel vivieron la experiencia regresando sanos y salvos.
Os recomiendo visitar Islandia. Es un país isleño diferente a todo lo que te puedas imaginar en el norte de Europa. Pero es mejor ir en verano. Nosotros fuimos en otoño y las temperaturas eran peores que las del congelador de mi casa.
Fuimos porque Islandia es un país que está de moda. Cada día hay más turistas en esta isla tan helada como el Polo Norte. Ves nieve por todas partes. Mi santo quería escalar un glaciar. Le dije que no contara conmigo para tal hazaña.
Accedí a visitar los túneles del segundo glaciar de Islandia. Fue una experiencia interesante. Bajo el frío hielo del Langjökull tienen un laberinto de túneles por los que se puede andar. Es totalmente seguro. Solo tienes que llevar un calzado adecuado para no resbalar.
Me cansé de ver glaciares. En Islandia los glaciares cubren cerca del doce por ciento del territorio. El que más me impresionó fue el glaciar Langjökull. Los riachuelos se abrían paso bajo su corteza congelada. Lo puedes ver cuando entras en el túnel que recorre su interior.
Para llegar hasta allí puedes ir motonieve o a bordo de un camión 8x8 que fue de la OTAN cuando tenía base en la isla. Elegí ir en camión antes de que mi santo se apuntara y me apuntara a la motonieve. En el camión ibas calentita. Le habían puesto un autobús encima. Me gustó el reciclaje.
Pronto dejamos atrás el poblado de Húsafell. Tras casi una hora sin rastro humano llegamos a una explanada. Me defraudó un poco in situ porque no era tan alto como yo pensaba. Apenas alcanza los 1300 metros.
Mi marido empezó a decir que se sentía en una nube. Yo me sentí delante de una montaña nevada que era toda nieve. No había que exagerar. Pero pronto empezó a enamorarme aquella maravilla de la naturaleza. Era consciente de que estaba viviendo una experiencia única.
La experiencia fue total cuando entramos en el laberinto de túneles con el guía. No te dejan entrar sola. Tienen miedo de que se les pierdan los turistas en el laberinto.
En Islandia no solo visitamos glaciares. Viajamos también a Husavik a probar suerte con el avistamiento de ballenas. Vimos unas cuantas. Yo esperaba ver más porque estábamos en uno de los mejores lugares de Europa para dar con ellas. Debía ser que el cambio climático las está afectando y fueron a menos.
También vivimos la experiencia de subir a lomos de un caballo islandés. Yo que no soy nada de montar a equinos, no pude negarme a subir a una especie de pony nórdico bien domesticado. Mi marido no se lo creía. Le hice sacarme miles de fotos para mi Instagram. Me llovieron los likes. No suele verse a una guapa influencer a lomos de un caballito originario de las tierras de hielo y fuego.
Estos paseos a caballo los hicimos en la región de Hella, en la costa sur. Hay varias empresas que ofrecen la experiencia. Los que se apuntan al paseo suelen ser turistas.
Los islandeses son más de bucear. Fuimos a ver como se tiraban al mar con sus buzos de buceo. Mi marido quería bucear entre dos continentes, pero lo echó para atrás el frío. Agradecí al Altísimo las bajísimas temperaturas. Bucear siempre me dio más miedo que los caballos.
Pero no descarto que mi esposo viva esta experiencia que le hace tanta ilusión. Hemos planeado regresar a este país helado este verano. Con las buenas temperaturas le permitiré a mi santo cumplir su sueño. Islandia es el único lugar del mundo en el que puedes zambullirte entre las paredes de las placas tectónicas que separan Europa de América. Por eso comprendo que a mi marido le haga ilusión el chapuzón hacia las profundidades.
Dejaré, pues, que baje por la llamada grieta de Silfra. Yo quedaré en tierra casi rezando. Mi santo me prometió que será sólo un ratito y me pidió que no le diga nada a su madre porque a mi suegra le da más miedo que a mí el buceo.
En todo caso, este deporte marítimo en Islandia es muy seguro. Hay varias agencias que organizan esta actividad. Unos amigos que se hospedaban en nuestro hotel vivieron la experiencia regresando sanos y salvos.
Os recomiendo visitar Islandia. Es un país isleño diferente a todo lo que te puedas imaginar en el norte de Europa. Pero es mejor ir en verano. Nosotros fuimos en otoño y las temperaturas eran peores que las del congelador de mi casa.
Fecha:15:55:28 26/02/23
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Categorías:Viajes
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