Información sobre 36 plantas distintas
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Scarlett2000
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Acerca de:En el camino de las plantas [Rosa Barasoain]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
En el camino de las plantas de Rosa Barasoain es un libro fruto de la contemplación de la naturaleza por parte de su autora. Rosa fue fijándose en 36 plantas distintas, observando sus cambios con las estaciones del año, buscándolas en distintos paisajes, reconociendo el clima que favorece sus crecimientos.
Hay plantas de la zona atlántica, del Mediterráneo, otras son más continentales. Para hacer más ameno el libro le introduce ilustraciones de la pintora Leticia Ruifernández Nogués. Pero no consigue que su libro sea muy ameno. Si lo lees como un manual aún aún, pero si lo quieres leer de un tirón como una novela se te hace árido.
No es un libro de botánica ni un libro informal. Se queda a medio camino de la nada, es decir, próximo al aburrimiento. Tiene partes que son el aburrimiento hecho lectura.
Solo comparto con Rosa que las plantas son el remedio que nos cura. Nos aportan vitaminas. Pero no comparto la gratuidad que Rosa encuentra en las plantas. Mirar es gratis, pero conseguir esas plantas para hacer una infusión cuesta dinero. Los campos tienen dueño.
La autora insiste en la gratuidad de lo más importante en esta vida: el aire, el agua, la tierra, las plantas, el amor... Sueña despierta. El agua tiene una factura que nos envían a casa y hay que pagar. La tierra tiene dueño. Muchas plantas hay que cultivarlas para tenerlas en tu jardín. El amor suele ser siempre interesado. El aire puede que sea lo único gratuito, pero tampoco es gratis del todo porque pagamos con nuestra salud la contaminación.
Rosa nos habla en su libro de plantas que conocemos todos como la vid o la ortiga. Está enamorada de las ortigas. Les encuentra propiedades curativas y también las recomienda para abonar los terrenos.
De las vides dice menos alabanzas. La posibilidad de que la fermentación del vino acabe en vinagre parece no gustarle mucho. La califica como una equivocación en la fermentación del vino. Ella sabrá. Yo creo que el vinagre es muy agradable en las ensaladas de lechuga.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar el libro. La autora pretende aportar su granito de arena a nuestro conocimiento de las plantas. Algo consigue. Pero yo no echaría a correr para el campo por mucho que esta mujer narre sus virtudes. Reconozco que soy una urbanita de supermercado. No tengo planes de sustituir el súper del barrio por el huerto de la aldea.
Rosa percibe que hay una vuelta al campo por parte de los jóvenes preparados porque ya no se ve tan mal ser de pueblo. Son jóvenes que no miran con mala cara el campo sino que están enamorados de la naturaleza.
Hay plantas de la zona atlántica, del Mediterráneo, otras son más continentales. Para hacer más ameno el libro le introduce ilustraciones de la pintora Leticia Ruifernández Nogués. Pero no consigue que su libro sea muy ameno. Si lo lees como un manual aún aún, pero si lo quieres leer de un tirón como una novela se te hace árido.
No es un libro de botánica ni un libro informal. Se queda a medio camino de la nada, es decir, próximo al aburrimiento. Tiene partes que son el aburrimiento hecho lectura.
Solo comparto con Rosa que las plantas son el remedio que nos cura. Nos aportan vitaminas. Pero no comparto la gratuidad que Rosa encuentra en las plantas. Mirar es gratis, pero conseguir esas plantas para hacer una infusión cuesta dinero. Los campos tienen dueño.
La autora insiste en la gratuidad de lo más importante en esta vida: el aire, el agua, la tierra, las plantas, el amor... Sueña despierta. El agua tiene una factura que nos envían a casa y hay que pagar. La tierra tiene dueño. Muchas plantas hay que cultivarlas para tenerlas en tu jardín. El amor suele ser siempre interesado. El aire puede que sea lo único gratuito, pero tampoco es gratis del todo porque pagamos con nuestra salud la contaminación.
Rosa nos habla en su libro de plantas que conocemos todos como la vid o la ortiga. Está enamorada de las ortigas. Les encuentra propiedades curativas y también las recomienda para abonar los terrenos.
De las vides dice menos alabanzas. La posibilidad de que la fermentación del vino acabe en vinagre parece no gustarle mucho. La califica como una equivocación en la fermentación del vino. Ella sabrá. Yo creo que el vinagre es muy agradable en las ensaladas de lechuga.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar el libro. La autora pretende aportar su granito de arena a nuestro conocimiento de las plantas. Algo consigue. Pero yo no echaría a correr para el campo por mucho que esta mujer narre sus virtudes. Reconozco que soy una urbanita de supermercado. No tengo planes de sustituir el súper del barrio por el huerto de la aldea.
Rosa percibe que hay una vuelta al campo por parte de los jóvenes preparados porque ya no se ve tan mal ser de pueblo. Son jóvenes que no miran con mala cara el campo sino que están enamorados de la naturaleza.
Fecha:16:58:03 13/09/23
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Votos:no disponible.
Categorías:Ocio y cultura
Etiquetas:libros, naturaleza, plantas
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