Los realities están de moda. En mi familia no se ve otra cosa en la televisión. Uno de los realities que tiene más éxito en mi casa es La isla de las tentaciones. Año tras año tengo a mi marido y demás familia enganchados a las infidelidades de los habitantes.
El programa es un poco absurdo. Se trata de que unas personas pongan a prueba a otras personas que están en pareja. ¿Serán infieles? La ocasión hace que casi todos caigan en la tentación. Esto es un poco deprimente.
La isla de las tentaciones tiene mucho éxito en las redes sociales, sobre todo en Twitter. Genera millones de mensajes de sus seguidores en todas las ediciones. Está mejor lo que dicen en el Twitter que el propio reality. Siguiendo los comentarios te pones al día sobre todos los habitantes del polémico reality de Telecinco.
El programa está diseñado para que todos y todas caigan en la infidelidad. Incluso hacen dormir con antiguas parejas o antiguas tentaciones. Hay parejas que vuelven a la isla pasados unos años. Fue el caso de Fani y Christofer. A los anales del programa pasaron las escenas en que un desquiciado Christofer corría por la playa gritando por su amada. Fani cae siempre en las infidelidades. No tiene arreglo.
Mi suegra está muy enganchada a este reality. Siempre me sorprende con lo al día que está de los culebrones. Este reality tiene mucho de drama. También tiene mucho de debate de espectadores en las redes. La cadena va soltando imágenes que dan pie a que la gente opine y haga cábalas sobre el futuro próximo de lo protagonistas.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar La isla de las tentaciones. Yo no veo todo el reality como hace mi marido. Me llega con ver algún trozo porque ya se encarga mi santo de ponerme al día. Además, me parece un poco deprimente con tanta ruptura y reconciliación.
La mayor desventaja que le encuentro es la falta de valores. No es tanto culpa de los concursantes como de los organizadores del concurso. Son los organizadores los que plantean una especie de guion dramático que los protagonistas acaban siguiendo sin darse cuenta.