Hola, amigos de Xakia:
Voy a continuar con mis opiniones relacionadas con mi viaje a China efectuado unos años atrás. Como veo que Shamian ya está en Xakia como tema, escribiré unas líneas sobre una zona de las más interesantes de la ciudad china de Cantón o Guangzhou: el barrio de Shamian.
Un acontecimiento determinante en nuestra vida se produjo hace algunos años, en diciembre de 2004, cuando viajamos a China junto con otras familias de toda España a adoptar a nuestras respectivas hijas. Estuvimos una semana en Guangzhou (Cantón) y después otros 7 días en Pekín. Entre los diversos trámites administrativos tuvimos mucho tiempo en el que cual nuestros guías nos llevaron por ambas ciudades para que pudiéramos conocer lo más interesante de ambas.
La primera semana, entre el 30 de noviembre y el 7 de diciembre, estuvimos en Cantón.
Estuvimos alojados en el espectacular hotel Dongfang en una zona bastante céntrica de la ciudad, desde la cual nos llevaron en autobús a visitar distintos hitos interesantes.
Una mañana nos subimos a nuestro autobús y fuimos a visitar la isla de Shamian. Éste es un islote fluvial, en el cauce del río de las Perlas o Zhujiang, que es el que atraviesa la ciudad. Os diré de paso que el Zhujiang es el tercer río más importante de China (tras el Yangtse y el Huangho o Amarillo) y el principal del sur del país.
La pequeña isla (no llegará al kilómetro de largo y sólo unos cientos de metros de ancho) se encuentra unida a la orilla norte del río por un puente y en ella se levanta uno de los barrios más interesantes de la ciudad, que lleva el mismo nombre: Shamian. Su peculiaridad estriba en que es el antiguo barrio colonial.
En este lugar se establecieron los colonialistas europeos, especialmente británicos, que dominaron la ciudad y esta región meridional de China a finales del S. XIX (en Hong Kong, a sólo 180 kilómetros de Cantón, hasta hace bien poco). Aquí levantaron los occidentales sus residencias y vivieron separados de la población cantonesa que vivía en las dos orillas continentales durante largas décadas, prácticamente hasta la invasión japonesa de los años 30.
Estuvimos paseando por sus calles durante unas cuantas horas, y en ellas pudimos apreciar la tranquilidad de la que carece el resto de la ciudad con su tráfico agobiante de personas y vehículos. Pudimos ver la arquitectura característica de ese barrio, en el que predominan las grandes casas de estilo colonial europeo, que suelen constar de planta baja y una altura, con jardines propios. Se disponen en una trama de 3 tranquilas calles principales que discurren en paralelo al río, llamadas calles Shamian Norte, Shamian y Shamian Sur cruzadas en perpendicular por otras cinco más estrechas, numeradas del 1 al 5. Todas ellas están profusamente pobladas de árboles de especies habituales de la región, palmeras, etc.
Tiene una pequeña iglesia denominada de Nuestra Señora de Lourdes, en estilo neogótico.
En el barrio hay algún que otro hotel, que se beneficia de su privilegiada situación en la ciudad. Vimos diversas representaciones consulares, también las instalaciones de un club de tenis.
En el extremo meridional de Shamian hay un apacible paseo peatonal cuyas barandillas se asoman directamente sobre el caudaloso río, y puede apreciarse a la otra orilla del río (la meridional) la línea de rascacielos.
Por lo que nos dijeron nuestros guías este barrio es uno de los favoritos para hacer los reportajes de boda, tanto fotográficos como de vídeo. De hecho vimos a una pareja vestidos de novios por la calle y los de nuestro grupo no dudamos en hacernos algunas fotos con ellos, además de filmarles con nuestras cámaras.
La isla de Shamian, por tanto, supuso para nosotros una interesante excursión a un oasis de tranquilidad dentro de una ciudad tan activa como es Cantón, y al mismo tiempo un viaje a un tiempo ya lejano de la historia de China, el de la colonización europea de la segunda mitad del siglo XIX.
Gracias por la atención y un saludo a todos los lectores.