Hombres sin afeitar es un libro escrito por 19 hombres que se ponen tiernos. Nos regalan una especie de diario personal en el que cuentan, capítulo a capítulo, esas experiencias que los hacen llorar. Las emociones, piensas leyendo el libro, no tienen género: son de hombres y mujeres.
El libro es una sucesión de colaboraciones. Los coautores tuvieron libertad para escribir sobre sus vidas. Con esa libertad nos transmiten experiencias fuertes de sus vidas. Así tenemos a hombres que hablan del amor, otros de vocaciones, algunos de duelos, todos ellos de sus sentimientos. Son ingenieros, arquitectos, periodistas, artistas... Hombres cultos casi femeninos o femeninos del todo. Los hombres no enseñan sus emociones. Los educan desde niños para ser fuertes. Somos las mujeres las lloronas porque para llorar y sufrir somos educadas.
Me pareció un libro muy educativo. Deberían leerlo todos los hombres. Así aprenderían que no pasa nada por ponerse tierno. Enamoran más a las mujeres llorando un poco. Es lo que se lleva ahora.
En Hombres sin afeitar hay capítulos más centrados en la trayectoria vital de los protagonistas. Otros capítulos tienen reflexiones genéricas. Algunos hombres se manifiestan feministas. Es lo que pasa cuando escribes un diario: te sientes cualquier cosa. Me impresionó la tragedia personal que vivió Luis Vázquez, uno de los coautores del libro. Este señor tiene un hijo autista. Esto lo llevó a hacer una fundación para ayudar a estos niños. Lo que era una desventaja lo convirtió en un leitmotiv. También destacaría un capítulo sobre el duelo que escribe un hombre que quedó viudo muy joven.
Os recomiendo Hombres sin afeitar. Es un libro que lees como si se tratara de un diario. Engancha. Todos somos cotillas. Si no te interesas por las vidas de los vecinos, te interesas por las vidas que cuentan los desconocidos en libros que se venden en las librerías.